Las consejerías de sanidad de las comunidades autónomas solo invierten un uno por ciento del total sanitario en tecnología, a pesar que la mitad de esa inversión retorna de forma directa mediante ahorro. La aplicación de los adelantos tecnológicos mejora la atención sanitaria, sobre todo a pacientes de riesgo y a comunidades aisladas.
La patronal del sector tecnológico AMETIC ha decidido promover la inversión tecnológica sanitaria en España, dada su escasez. Su Comisión eSalud ha presentado un plan estratégico para 2012, en el que insta a las administraciones españolas a la revisión del modelo actual de contratación pública para aumentar las compras de soluciones TIC (tecnologías de la información y de la comunicación) en el ámbito sanitario.
El gasto sanitario público español de 2010, incluyendo los cuidados a enfermos de larga duración, ascendió a 63.768 millones de euros. Y solo un 1% de ellos (637 millones de euros) se realizaron en compras TIC, a pesar de que la mitad de esta inversión retorna cada año en forma de ahorro por el uso tecnológico. Solo el uso de la receta electrónica, que a finales de 2010 cubría al 26% de la población, puede reducir hasta un 30% las visitas a los centros de salud, y de un 20 a un 30% el tiempo que los médicos destinan a rellenar recetas.
IBM, que desarrolla aplicaciones tecnológicas sanitarias, pone algunos ejemplos. “El Servicio Extremeño de Salud, en el que cada centro tenía su propio sistema de historiales médicos, ha creado una plataforma global que conecta cerca de 13.000 profesionales con un sistema de planificación, capaz de gestionar nueve millones de visitas de pacientes externos anuales” asegura un portavoz. IBM también trabaja con la Junta de Castilla-La Mancha que, por ejemplo, utiliza un software estadístico para monitorizar el funcionamiento de los servicios hospitalarios y descubrir sus puntos débiles.
El ahorro logrado por la tecnología permite dar cuidados médicos a nuevos colectivos con peligro de exclusión. “Hay un grupo de población que envejece, cada vez mayor, y un fuerte crecimiento de las clases medias en los terceros países que exigen servicios sanitarios a precios razonables. Es imposible atender ambas necesidades a menor coste sin la tecnología”, asegura Rafael Díaz-Granados, presidente de GE España y Portugal.
No todo se traduce en ahorros. “Con la telemedicina, por ejemplo, se atiende a los enfermos crónicos en los países maduros, y se lleva la sanidad a los países terceros”, añade Díaz-Granados. Las redes de telecomunicaciones son imprescindibles en telemedicina pero, también, equipos como el de diagnóstico por imagen del tamaño de un móvil que puede llevar un médico en las visitas a domicilio en el primer mundo, y que en el tercer mundo tienen el tamaño de una mochila para ser energéticamente autosuficientes.
AMETIC quiere concienciar al sector sanitario de las ventajas de la tecnología. Para ello prevé realizar informes de resultados (tanto económicos como sanitarios), quiere promover la implantación de sistemas de calidad, e impulsar el despliegue de la telemedicina. La Comisión eSalud está trabajando para facilitar la internacionalización institucional del sector TIC en el ámbito sanitario, principalmente en el marco de la Comunidad Europea.