Los diarios nacionales franceses se encuentran entre la prensa más subvencionada por el Estado del mundo. Tras años de declive, están empezando a hundirse como un castillo de naipes.
El diario “France Soir” no se publicará por última vez el 15 de diciembre como había anunciado con un número especial de despedida. Tras la irrupción violenta de un grupo de sindicalistas en la redacción del diario, la empresa ha considerado que no podría llevar a cabo dicho número especial “en condiciones profesionales”. El millonario ruso Alexandre Pougatchev, dueño del periódico, decidió interrumpir la aparición del diario sin esperar una última reunión con el comité de empresa. Dentro del diario, nadie espera que las rotativas vuelvan a girar. Se había anunciado que el diario pasaba a editarse solo en Internet, suprimiendo 89 puestos de trabajo sobre los 130 actuales, pero ahora se pone en duda también que sobreviva en formato digital.
Es un final muy lamentable para un diario que tiene 67 años de historia y que durante bastante tiempo llegó a difundir más de un millón de ejemplares diarios, con más de 400 periodistas en la redacción. Pougatchev, de 25 años, compró la cabecera en 2009 por 100 millones y ha invertido 70 más para intentar relanzarlo. Una vez más se pone en evidencia que los “salvadores” de los diarios en crisis que provienen de fuera del negocio editorial suelen ser sus enterradores.
La caída de France Soir está acompañada por una situación crítica de otros diarios nacionales franceses. “Le Figaro” está intentando reorganizarse para impulsar su paso a lo digital. Va a invertir para ello 10 millones de euros en los próximos dos años, pero está por ver la sobrevivencia de esta cabecera que se acerca a los 200 años de existencia. El diario económico “La Tribune” está bajo protección judicial desde enero de este año y su continuidad peligra si no encuentra comprador pronto. El otro diario económico, el decano “Les Echos”, va a cerrar el año con unas pérdidas en torno a los 12 millones de euros. El tercer diario económico, “L’Agefi”, se pasó a la fórmula de solo digital hace años, tras acumular más de 25 millones de euros en pérdidas. Parece que ha logrado el paso a lo digital con éxito: volvió al equilibrio en 2007 y su cifra de negocio podría duplicarse en este año.
Esta desastrosa situación de la prensa diaria tradicional en el país vecino resulta más restallante si tenemos en cuenta que las ayudas directas del Estado al sector están entre las mayores del mundo. El año que viene alcanzarán los 580 millones de euros, según previsiones gubernamentales. Durante la actual crisis, las ayudas representan el 10% de los ingresos totales de los periódicos. En 1989, el 43% de la población francesa leía un diario. En el 2008, último año del que hay datos, apenas llegaron al 29%, según un informe del gobierno francés.
La crisis de la prensa tradicional se está precipitando en Francia. Aquí en España, sin prácticas ayudas estatales, algunos editores deberían poner sus barbas a remojar.