La tecnología está presente en cuatro de las diez mayores inversiones realizadas por los bancos para prevenir el blanqueo de capitales. La tecnología aumentará su presencia en la persecución de este delito, dado el protagonismo que tomarán los sistemas de análisis de información en los próximos años en contra de los empleados de las redes de oficinas. Bancos y organismos internacionales tienen tejida una tupida red para luchar contra las operaciones financieras delictivias, pero la existencia de numerosos paraísos fiscales frena su eficacia. Imposible acabar con ellos porque son antiguas o actuales colonias de los principales países promotores de la lucha contra la integración del dinero delictivo en el sistema, como Gran Bretaña, Francia o Estados Unidos.
Los sistemas informáticos para realizar el seguimiento de las transacciones bancarias han absorbido la mayor inversión ejecutada por las entidades financieras en materia de prevención del blanqueo de capitales durante los tres últimos años. Lo indica el Estudio Global sobre Blanqueo de Capitales 2011, realizado por KPMG en 197 bancos de los 1.000 bancos globales. 25 de estos 197 bancos son europeos, y siete de ellos son españoles. El estudio recoge que los bancos han aumentado su gasto en la lucha contra la corrupción en los tres últimos años y que se mantendrá esta tendencia en los próximos. No hay datos sobre la cuantía mundial del dinero blanqueado. El último es una estimación de un 7% del PIB global, y lo dio el Grupo de Acción Financiera Internacional hace varios años.
Las actividades contra el soborno y la corrupción son la tercera mayor partida de la inversión bancaria contra el blanqueo de capitales, y la tecnología supone la mitad de este gasto. Seguimiento de las listas de embargos y sanciones, y revisión de transacciones anteriores son la sexta y décima mayores partidas, respectivamente, gastadas por los bancos contra el blanqueo, y ambas están totalmente centradas en la tecnología. Los sistemas informáticos utilizados por los bancos en estas actividades son desarrollos muy complejos hechos a medida por sus proveedores tecnológicos, que tardan hasta tres años en realizarlos.
El mercado de outsourcing apenas ingresa dinero por esta actividad. Solo “el 10% de los bancos participantes en el estudio han externalizado o deslocalizado las funciones de prevención del blanqueo de capitales, y un 80% afirman que no han considerado la posibilidad de hacerlo”, indica el estudio. La preocupación por tener que enviar datos confidenciales de los clientes a otros países es la principal razón para no externalizar esta actividad, a pesar de que el coste derivado del cumplimiento de la normativa y las exigencias de los organismos internacionales de blanqueo de capitales aumentará durante los tres próximos años.
Las otras seis mayores inversiones realizadas por los bancos contra este delito de guante blanco se realizan en actividades acometidas exclusivamente por el hombre. Los empleados de las oficinas bancarias son quienes mejor conocen a los clientes, y pueden detectar cualquier anomalía indicativa de blanqueo, sobre todo en pequeñas ciudades o pueblos. Los denominados PEPS (personas políticamente expuestas), mucho más proclives a blanquear dinero, deben ser identificados y especialmente vigilados por los empleados bancarios.
La máquina arrinconará al hombre
La ecuación entre las actividades abordadas por el hombre y las máquinas para perseguir el fraude se invertirá en los próximos años, y será la tecnología quien empuje el cambio. El mercado de análisis de datos y gestión de la información es uno de los que está llamado a estallar en los próximos años.
La segunda tendencia que revertirá la ecuación es la reducción de la red de oficinas bancarias y del número de empleados, que irá de la mano del aumento de la tecnificación del negocio bancario. Las oficinas que hoy conocemos darán paso a supercajeros en los que podremos realizar cualquier tipo de operación, y que serán atendidos por empleadas en remoto o abatares que veremos a través de grandes pantallas. Las oficinas con empleados físicos quedarán para ofrecer consejos en operaciones complejas como las de inversión o de financiación.
Esta tendencia de dominio tecnológico también se producirá en los departamentos de blanqueo de capitales, aunque la parte de investigación de tipo más policial nunca cederá a las máquinas, mientras carezcan del “olfato” humano para detectar un delito.