Apple, Wikileaks, Nintendo, Sony o T-Mobile han protagonizado casos famosos de fuga de información. Incluso las grandes empresas del Fortune, que cuentan con todas las medidas de seguridad, pierden dos portátiles cada día con datos confidenciales. Los responsables de seguridad ven a los empleados como la mayor amenaza de esta fuga, las tres cuartas partes de fugas de información proceden de fugas internas. ¿Por que sucede esta escalada?
¿Se ha agravado el robo de datos en las empresas?
Sí, con la crisis, la movilidad y la entrada del mundo 2.0 en las empresas. La crisis ha provocado el aumento del número de los empleados descontentos y, con ello, el robo de datos. En muchas ocasiones, se los llevan con el cambio de empresa.
El acceso de los empleados a las redes sociales provoca fugas de información. Unas veces, los empleados “hablan” con sus amigos de su trabajo, algo totalmente inocente que puede tener mucho valor para un competidor de su empresa. Los chats suponen un peligro mayor. Una gran parte de las empresas han prohibido utilizar chats y correos electrónicos para intercambiar información sensible. También el cloud computing supone un riesgo para la información.
La pérdida o robo de ordenadores portátiles, móviles o tablets es la otra fuente de pérdida de datos que ha aumentado con la generalización de estos dispositivos. El aumento de la movilidad va parejo al del nivel de riesgo.
¿Qué hacen las empresas?
Muchas veces nada, porque no se enteran del robo. Tres de cada cuatro empresas son incapaces de cuantificar la cuantía económica del robo de información. Se considera que la pérdida de los datos contenidos en los móviles y portátiles robados es la fuga más importante de información. Quizás sea porque es la única declarada por los empleados. El 77% de las empresas son incapaces de auditar o cuantificar la pérdida tras la fuga de información. Las empresas tienen el reto de concienciar a sus empleados sobre la importancia de salvaguardar información con la que trabajan de forma cotidiana.
¿Cuál es su protección habitual?
Tienen programas de prevención del fraude. Cuando son conscientes o tienen indicios de fraude, subcontratan consultorías para realizar una investigación que determine lo que sucede en el interior de la empresa. El outsourcing de servicios de prevención de fuga de información ha crecido a un ritmo del 30% anual en los últimos tres años. El crecimiento ha sido tan fuerte, que hemos desarrollado servicios Data Losse Prevention. También hemos formado el equipo Forensic para investigar robos, con tecnología, conocimientos en economía y contabilidad. Su información puede convertirse en un informe pericial que puede ser aportado en un juicio.
¿Quiénes contratan sus servicios?
Varias de las mayores inmobiliarias españolas están contratando Data Losse Prevention. La crisis ha provocado una importante fuga de comerciales que se llevan información de los mejores clientes, los inversores inmobiliarios.
El robo de datos no es el único delito en haber aumentado con la crisis. También lo han hecho el fraude, el soborno y la corrupción en las empresas, ante la presión de ganar clientes. Esta situación, unida a la reducción de costes aumenta su exposición a sufrir fraude. Las empresas deberán prevenir estos delitos, por la entrada en vigor del nuevo Código Penal, y por el daño reputacional que puedan causar su exposición pública.