Investigadores del Massachusetts Institute of Technology (M.I.T.) aseguran que la tecnología y sus ya innumerables aplicaciones compiten directamente con el ser humano en el mercado de trabajo, e incluso la relacionan con el alto grado de desempleo en Estados Unidos.
Erik Brynjolfsson y Andrew McAfee, economistas e investigadores del M.I.T., han publicado un nuevo e-book titulado “Race Against the Machine”. En él ponen de manifiesto que el nivel de automatización alcanzado ha contribuido a los últimos recortes en el empleo que ha padecido la economía de Estados Unidos.
Durante el reciente periodo de recesión 1 de cada 12 comerciales perdió su puesto de trabajo y las dificultades a la hora de vender hizo que muchas empresas buscasen la manera de optimizar sus costes recurriendo, en caso necesario, a la tecnología como sustituta de la mano de obra. De este modo, puestos de trabajo en fábricas o call centers, fáciles de automatizar, han sido ocupados por maquinas en vez de seres humanos.
Brynjolfsson y McAfee argumentan que los índices de productividad siguen creciendo en un mundo cada vez más poblado, mientras que las cotas de desempleo alcanzan niveles desconocidos desde la depresión de 1929. Las máquinas, cuyas habilidades no dejan de mejorar, han generado un tipo de desempleo que ya Keynes bautizó como “desempleo tecnológico”.
“Los últimos avances han hecho que la tecnología –apunta Brynjolfsson- pueda hacer ahora cosas que hace apenas unos años ni siquiera llegábamos a imaginar”. Entre los ejemplos más recientes se encuentra Watson, el ordenador de IBM que el pasado febrero desbancó a un par de campeones del concurso televisivo “Jeopardy!”.
Menos mediático, pero no menos relevantes son las experiencias de Google y su coche autoconducido, que ha recorrido miles de kilómetros en Estados Unidos prácticamente sin ayuda de los “asistentes” humanos que viajaban con él, o de Apple y su software Siri, capaz de responder ante comandos de voz.
En opinión de los autores, la clave para ganar la carrera contra las máquinas es dejar de competir con ellas, y empezar a utilizarlas como herramientas para obtener mejores resultados.