Los algoritmos que utilizan las llamadas granjas de contenidos están cambiando las bases tradicionales de la profesión periodística y no precisamente para bien.
La granja de contenidos Demand Media salió a Bolsa en enero pasado y logró una capitalización superior a los 1.500 millones de dólares. Esta cantidad es más de lo que hoy vale The New York Times Company, el poderoso grupo de prensa que edita uno de los mejores diarios del mundo.
Demand Media emplea, entre otros, un algoritmo llamado StatsMonkey, desarrollado por el laboratorio de inteligencia artificial Northwestern de Chicago. Demand Media tiene ya más de un millón de artículos colgados de Internet y cada día se suman de 5.000 a 6.000 nuevos artículos y vídeos. Hay más de 60 portales gestionados por Demand Media. Un ejército de miles de colaboradores que trabajan para esta empresa percibe unos 10 euros por un artículo de 300 a 500 palabras (unos dos folios). Por supuesto, la inmensa mayoría de estos colaboradores no son periodistas.
Un algoritmo decide cuáles son los temas más demandados por los internautas, luego determina cuántos anunciantes estarían interesados en colocar su publicidad al lado de estos artículos. Otro algoritmo contabiliza el número de artículos que existen en Internet sobre este mismo tema. Los colaboradores deben ceñirse a un estilo muy estricto marcado por los programas informáticos.
Un colaborador que se adapte estrictamente a todas las instrucciones y, además, pase el filtro de los encargados de releer y controlar la edición, necesitaría escribir entre 8 y 10 artículos cortos diarios, todos los días del mes, sin descansos ni fiestas de guardar, para alcanzar a ganar el mismo salario que una cajera de supermercados en Estados Unidos. Hemos entrado en la era del contenido robotizado.
Muchos de los artículos que publica el diario nacional norteamericano “USA Today”, especialmente sobre temas de viajes y turismo, han sido suministrados por Demand Media. ¿Debemos extrañarnos de que entre el 2007 y 2010 hayan perdido su empleo 13.500 periodistas en Estados Unidos?
El criterio básico de estos algoritmos se rige por la rentabilidad económica de un tema, no por el interés público que contengan. Los temas como los conflictos bélicos, las reivindicaciones sociales, las desigualdades, las hambrunas… no tienen aquí cabida, pues los anunciantes no quieren ver su publicidad junto a estos desagradables temas.
En España, se han perdido más de 4.000 puestos de trabajo en los últimos 3 años. A mediados de 2011, había unos 6.200 periodistas parados, según datos de las asociaciones profesionales, que recoge Bernardo Díaz Nosty en su obra recientemente editada, titulada “Libro negro del periodismo en España”. El curso pasado salieron del sistema educativo español unos 19.000 alumnos titulados para ejercer el periodismo. La demanda, una gran parte de ella en puestos de comunicación empresarial e institucional, no alcanza los 600 puestos de trabajo al año. ¿No deberían las distintas escuelas, facultades y másteres de periodismo explicar bien en las aulas esto de los algoritmos y las granjas de contenidos?