Se doctoró en 2004 por la Universidad de Navarra y desde entonces se ha convertido en un activo analista del panorama de los medios de comunicación. No sólo imparte clases en la universidad alicantina dirigida por Jesús Tadeo, sino que es asiduo invitado a simposios internacionales donde se debate el futuro del periodismo. Hablamos con él, recién regrasado de Cardiff, donde habló sobre modelos de financiación de los medios.
¿Dónde se está haciendo el mejor periodismo hoy en día?
La prensa tradicional tiene los mejores reporteros y más recursos. Además ofrecen periodismo de calidad en todos los soportes (iPhone, iPad, internet). The Guardian, The New York Times, the Washington Post, The Economist, la BBC… Son medios que aun se pueden permitir el lujo de contar con plantillas de periodistas que saben de qué hablan. Reuters, a pesar de ser agencia, es ya para el usuario "digital" un medio más: sus cuentas de twitter han dado miles de exclusivas. Y desde hace un par de años, el buen periodismo llega también a través de dos nuevos canales: por un lado, organizaciones sin ánimo de lucro, como ProPublica (Nueva York), con redacciones de periodistas formados en prensa tradicional, enfocados en exclusiva en asuntos de interés público (control del poder); y por otro, periodistas independientes, freelance, que encuentran en internet un soporte idóneo para publicar sus reportajes, hacer seguidores y después ganarse un hueco en el panorama mediático.
Aunque la dimensión del periodismo como servicio público parece fuera de toda consideración, la manera de plasmarlo de cara al futuro no está clara. ¿En una situación tan compleja podemos establecer aspectos que exigen soluciones prioritarias (tecnología, publicidad, competencias profesionales, funcionamiento...) o debemos apostar por un cambio total de paradigma?
El periodismo encontrará su sitio en el futuro. No hay que perder tiempo en eso. Los que deben preocuparse por el futuro son los analistas y los estrategas de las compañías que quieren seguir viviendo del periodismo. Hasta hace cinco años lo han tenido fácil, ha sido como imprimir dinero. Pero ahora deben ajustar su modelo de negocio, pensar en cómo rentabilizar el periodismo y, si no encuentran soluciones, que cambien de negocio. La televisión ya abandonó el barco hace tiempo. Las televisiones generalistas llevan muchos años en el negocio del entretenimiento. No temo por el periodismo, temo por aquellos que perderán su trabajo porque piensan que hacen periodismo.
Toda iniciativa que se pone en marcha ahora no puede soslayar la participación de los usuarios, ya sea a través de comentarios o la compartición del contenido. Sin embargo, una cita de Gene Weirgarten que usted recoge su tumblr es muy crítica con esta dimensión social. ¿Es de la opinión de que la apertura de los medios a la participación de los usuarios resta más que añade?
No creo que la participación reste, en absoluto. Weirgarten ironizaba con la obsesión de algunos medios por generar debate en sus sitios para después decir que son muy visitados. La participación debe estar ahí. La conversación con el usuario es buena. Pero no debe ser el eje del ejercicio periodístico. Podrá ser el eje de un modelo de negocio, pero no del periodismo de calidad.
Los medios locales son quizá los que más están apostando por las nuevas tecnologías para acercarse a sus usuarios. Sin embargo, los inicios parecen titubeantes, con cierres de hiperlocales como “Somos Centro” y “Somos La Latina”. ¿Hacia dónde debería ir este periodismo para evitar nuevos fracasos?
Pues yo pienso que los medios locales no han apostado por las nuevas tecnologías. Han apostado por las 'maquinitas' y por los rediseños de sus plataformas. Hoy en día, apostar por la tecnología no tiene mérito: o el medio apuesta por ella o se queda encerrado en la imprenta. La verdadera apuesta de los medios locales debe ser por el periodismo: si ellos saben encontrar las historias que merece la pena contar y las saben ofrecer en los soportes disponibles, encontrarán su nicho y su modelo. ¿Cuántos medios locales españoles ofrecen una aplicación del iPhone que alerte sobre tráfico, sucesos, eventos, ofertas publicitarias? Ninguno. Eso sería apostar por la tecnología. Abrir una cuenta de Twitter lo hace mi sobrina de 14 años.
Bernardo Díaz Nosty sostiene en el “Libro negro del Periodismo” que el entorno académico ha contribuido lo suyo a crear una burbuja en esta profesión, lanzando al mercado miles de licenciados que no podían ser absorbidos por las empresas. Como profesor, ¿cree que hay solución para este alud de jóvenes periodistas sin salida profesional?
Creo que hay muchos estudiantes de Periodismo que deberían hacer otra carrera. No hay solución para la gente que no está bien formada, para los licenciados con calificaciones mediocres y tampoco hay solución para el graduado que busca un trabajo sentado en una oficina el 1 de julio después de recibir el título. La academia no ha creado burbujas, porque el periodista que trabaja mucho y bien, encuentra sitio en la profesión. Este es el mejor momento de la historia para los creadores de contenido bueno, original e inimitable.
Dado su conocimiento de primera mano del proceso formativo, ¿opina que el sistema educativo está preparado para formar trabajadores como los que demandará un mercado en pleno cambio?
Cada universidad ofrece su propio plan de estudios, siguiendo unas directrices generales que marca el ministerio. En el caso de la Universidad Miguel Hernández, llevamos dos años con el Grado en Periodismo. El programa formativo de este título está diseñado para aportar cultura y conocimiento general y para especializar a los estudiantes en cualquiera de las facetas del periodismo. Queremos formar profesionales con autonomía en su aprendizaje, que sepan escribir bien y que estén al día en las tecnologías de edición. ¿Periodistas multimedia? Sí. ¿Periodistas que manejen fuentes personales? Sobre todo. ¿Periodistas que salgan a la calle? Más aún. ¿Periodistas sin miedo a aprender un programa de edición? Mejor todavía. ¿Periodistas con iniciativa en Internet y con capacidad de generar una comunidad? Por supuesto. Todo eso está en la filosofía de nuestro programa formativo.
Los medios parecen haberse lanzado a una carrera loca por dar informaciones de última hora a través de sus ediciones digitales, primando sobre la reflexión e incluso el buen hacer. Juan Luis Sánchez (Periodismo Ciudadano) afirmaba recientemente que el binomio información digital-apresuramiento es una falacia, ya que la radio casi siempre transmitió en tiempo real y no suele tener mala reputación por no contrastar datos o dar información sesgada. ¿Cuándo perdieron los medios digitales su aura de profesionalidad y responsabilidad social?
No creo que nadie haya perdido credibilidad o que alguien se la quiera quitar al medio digital. Hay que ser preciso, hablemos del soporte. En Internet, a diferencia de la radio, la noticia contrastada llega al mismo tiempo y por los mismos canales que el rumor, el comentario de la prima en Facebook y que la manada de twitteros haciendo cachondeo en el hashtag de turno. Eso es lo que ha empañado la credibilidad del soporte. Pero no del medio digital. El medio digital es creíble porque le hace creíble su marca, su prestigio, su experiencia, sus reporteros, la forma de escribir y de contrastar la noticia, ya sea en Twitter, en papel, en televisión o en radio.
Una de las asignaturas pendientes de los medios parece ser acabar con el modelo de “todo gratis”. El País lo intentó en su día y fracasó. Ahora varios medios norteamericanos están haciendo pruebas prometedoras. ¿Está el mercado maduro para asumir esas tesis o es que los medios han encontrado una forma más atractiva de enfocar estos proyectos? ¿Cree que los medios serán capaces de salir de este modelo?
No lo sé. Como dije antes, no sé del futuro. Sé de los datos. Hay medios que viven de la suscripción y de la publicidad, ofreciendo información de calidad a nichos o a mercados generales. Hay mil mercados y mil formas de ofrecer el producto. Ahora las cuentas no salen. La tentanción es empobrecer el producto, reducir plantilla y ofrecer menos información propia. Error. Los medios saldrán de esta en la medida en que encuentren su sitio y sepan a qué se dedican. ¿Serán rentables los muros de pago, las suscripciones, las aplicaciones de pago? Probablemente lo serán para aquellos que consigan convencer a la gente de comprarlos. Y eso no lo hace cualquiera.