Ballesteros es un gran conocedor de la arena geopolítica y muestra su preocupación por la deriva de los Estados. En palabras suyas, “la bola de cristal está rota”. Y es que, la geopolítica, a nuestro pesar, no es una ciencia predictiva en la mayoría de casos. Ni siquiera los más expertos podían vaticinar la guerra que ha estallado en Europa y de la que los responsables y las víctimas se pueden entremezclar. El general ha apuntado a que existen 4 vectores principales de transformación del mundo: la geopolítica, la socio-economía, la tecnología y el medioambiente.
Concretamente, el vector tecnológico nos importa en tanto en cuanto vivimos en sociedades hiperconectadas.
Hace ya un tiempo se empezó a hablar de la globalización, pero el enfoque de esta ha ido variando, pues ahora nos hemos vuelto más recelosos, conservadores. De hecho, por la globalización las enfermedades, los conflictos y las crisis afectan a todos los seres humanos. Así, la competencia entre estados y modelos político-económicos se expresa por medio de restricciones, sanciones, aranceles, entre otras medidas. Europa regula, mientras que China vende su mano de obra barata y sus productos con una baja regulación en materia fitosanitaria. Y aún así, EEUU le ha declarado la “guerra económica” a China, su principal rival. Cuando las relaciones son buenas, es fácil negociar, pero en momentos de crisis, “cerramos el grifo”.
La información también es clave y la rapidez y expansión incumbe a todos los estados. Ahora ya hablamos del 5 G (5ª generación), puesto que ha marcado, efectivamente, un antes y un después en el mundo digital, gracias a la capacidad de transmisión de datos, la latencia y su soberanía. Pero hay un debate muy importante en torno a la ética y los derechos humanos por el uso de la Inteligencia Artificial. Como en todo, el uso hace la bondad o maldad y, en este caso, no deberíamos centrarnos en el debate político, si no en exigir que los ciudadanos y los más vulnerables, como los menores, estén protegidos. Sorprende incluso en las sociedades más modernas lo que Chat GPT ha sido capaz de hacer en 18 meses y que a Internet le llevó décadas.
También se necesita una mayor regulación de la llamada deepweb, que supone un 90% de la World Wide Web. De hecho, esta “web oculta” es tan grande que es imposible determinar con exactitud cuántas páginas o sitios web están activos en un momento dado. En materia de computación táctica (hacer funcional todas estas herramientas), existe un gran riesgo debido al desconocimiento y lo prematuro de muchas herramientas. Todo ello excluye a gran cantidad de ciudadanos y la democratización también se mide en el acceso a Internet y la información. El desarrollo y el afán de liderar es imparable y, en este campo, la UE podría ofrecer una posición de liderazgo en el debate de las cuestiones éticas y así, aumentar su red de cooperación con países fuera de la UE.