Miguel ha pasado por posiciones de prestigio en su liderazgo en el ámbito editorial, que ha sido riguroso y preciso. Pero siempre se ha destacado su cultura general, además de su pericia y trayectoria profesional: un periodista de raza…pero con un toque humanista que desborda. Por eso, no me extraña que toda su sabiduría necesite también hoy un nuevo “escape”, el de entrar en el fabuloso e intrigante mundo de la poesía.
Pero como voy a osar explicar su manera de pensar…cuando colaborando con él hace más de una década en www.media-tics.com tengo el privilegio de compartir a diario su pensamiento, como es el que transcribo a continuación, con motivo de la presentación de su primer libro de poemas:
“El periodismo está en horas oscuras en todo el mundo. La sociedad digital ha roto el modelo de negocio que ha regido en la prensa durante siglo y medio. En pocos días, tres grandes diarios impresos de EEUU, encabezados por el otrora poderoso “Los Ángeles Times”, han anunciado más de mil despidos de periodistas. En España, el número uno, “El País”, vale en bolsa una ridícula fracción de la cotización cuando salió al mercado. No es mera coyuntura, el paro entre los periodistas es brutal y solo la comunicación corporativa es el refugio de profesionales. Es imprescindible y urgente reinventar la profesión y sus modelos, ahora sacudidos también por la Inteligencia Artificial Generativa. Justo sucede cuando la información es más importante que nunca para defender las democracias amenazadas”.
“Tal vez por esto, una serie de profesionales veteranos parecen haber coincidido en refugiarse en la poesía. Puede que sea un significativo signo de los tiempos”.
Miguel es un “novato” con 45 años de profesión a sus espaldas, la mayor parte en puestos directivos de medios en papel y digitales, que nos ha sorprendido a todos (a mí en realidad Miguel no me sorprende nunca), al presentar hace pocos días su primer libro de poesía, “La espuma de los días”. Es su quinto libro en los últimos tres años, el primero de poemas, ilustrado por la artista Alicia Machimbarrena, con prólogo de la también escritora y arquitecta Cristina García-Rosales.
Con su humildad característica dice Miguel Ormaetxea “No sé cómo he llegado hasta aquí”, en la contraportada del libro, editado por Mandala. “Casi como si alguien me dictase al oído, surgió esta pequeña colección”.
Se está convirtiendo en un camino que han elegido ilustres periodistas y escritores que le han precedido en estas aventuras literarias. Juan Arias, con más de 90 años, publico no hace mucho “Analfabetos perdidos”. También dice que empezó escribiendo poesía “en broma”. “Tal vez entre todos podemos rehacer el sentido de las palabras”.
Graciano García es otro destacado periodista, director de la Fundación Príncipe de Asturias. Logró la proeza de reunir 1.500 personas en la presentación de su libro de poemas. “Los dioses siempre traen los inesperado”, dijo citando a los griegos. “Ahora escribo de lo que siento, no de lo que veo”, puntualizó.
Miguel Ormaetxea entró a formar parte de un grupo selecto, porque tampoco es fácil hacer poesía. Como digo en el título de mi Blog de hoy “Lo que aprendí de Miguel Ormaetxea: la superación personal cada día es posible”, no es una frase comedida, sino mi agradecimiento a mi gran amigo y colega, que siempre ha sido para todos los que lo conocemos un ejemplo de humanidad, respeto hacia todas las personas, dignidad en el ejercicio profesional (lo que hoy día es un mérito visto las cosas que se ven en todos los ámbitos), y uno de los valores más destacados que conforman la personalidad de mi amigo Miguel Ormaetxea: su capacidad de escuchar a los demás, de prestar atención a lo que uno le dice, o le plantea o simplemente, en una conversación en la cual se habla “de bueyes perdidos”.
Con él he comido infinidad de veces y nuestros encuentros, ya por entonces, adquirían además del tono profesional sobre lo que teníamos entre manos, ese sabor íntimo literario y de pensamiento filosófico, porque hablábamos de Jorge Luis Bores (a quién Miguel admira) pasando por Norberto Bobbio (el gran filósofo y politicólogo italiano) y recalando en Oswald Spengler, en nuestra continua defensa de lo que es Occidente y de lo que significa para nuestra civilización.
Gracias Miguel por tu amistad y muchas más gracias aún, porque estoy seguro que, con tu paso del periodismo a la poesía, sin duda dejarás huella, no la de carbono…ja…ja…sino la humana, esa que necesitamos en un momento crucial para Europa, que a sus puertas hay dos guerras terribles.
Miguel Ormaetxea pertenece a esa categoría que tanta falta nos hace en la España de hoy: un intelectual comprometido con el periodismo, la comunicación, la cultura y especialmente ha estado muy activo en los últimos años en todo lo que significa para la sociedad actual la revolución tecnológica y el impacto que ella está teniendo en millones de personas en todo el mundo.
Seguimos Miguel, querido amigo, tu estela de superación y aprendizaje constante que nos has enseñado a muchos. No soy poeta…pero ¡te doy la bienvenida al increíble mundo de la poesía!