Cuando te estoy preguntando querido lector/a después de tantos años de vida de este Blog que bauticé ya hace diez años como “Prefiero entender un por qué”, qué es lo que para ti significa la Navidad, es el afán de compartir un instante, al menos, de esa intimidad entre el lector y el escritor, ese momento que nos da la libertad de pensar, reflexionar y también soñar.
Si hay algo que me ha obsesionado siempre es encontrar una explicación racional a las cosas por las que nos preguntamos. También como seres humanos, hay muchas de esas preguntas que las respondemos (tú y yo, así como la gran mayoría) más que con la razón, con los sentimientos y el corazón. Las emociones nos guían y es bueno que esto sea mayoría, porque seguro que habría menos conflictos en el mundo.
Pero el milagro que debes entender que ocurre este año como todos los anteriores, es que, a pesar de la barbarie y auténtico sinsentido de la guerra, que en Ucrania ha puesto de manifiesto una vez más la inconmensurable deshumanización a la que los países imperialistas y totalitarios como es Rusia (como siempre lo ha sido), llevan a un país soberano como Ucrania, aún soy de los que creemos que la Paz va a llegar.
Es inaceptable la matanza de civiles inocentes, no solo objetivos militares estratégicos que se nos dice que está buscando el ejército ruso. Y esperamos el milagro de la negociación de los líderes mundiales que puedan sentar a las partes a que cesen las balas y los drones destructivos.
Y a pesar de todos los desatinos, una vez más, la Navidad se acerca rápidamente, la tierra sigue girando sobre su eje y el día cuenta con 24 hrs. No somos conscientes de que cada día y cada minuto transcurren, como suele decirse “el mundo no se para”. Y nos damos cuenta entonces que ha transcurrido un año más desde las Navidades de 2021. ¿Y qué? Esta es la pregunta que quiero que nos formulemos: ¿hemos ido a mejor o a peor?
Está llegando la Navidad y todos deberíamos tomarnos un tiempo para reflexionar sobre todo lo que ha pasado y lo que está por venir. Los desastres y catástrofes naturales se han incrementado cada año porque aún es insuficiente la lucha contra la degradación medioambiental que están provocando los países y que, a escala global aún hay un largo camino por recorrer. Por ejemplo, China, deberá esforzarse más porque es el país más contaminante.
Se requiere de una respuesta mucho más firme y comprometida. Pero llega la Navidad y nuevamente nos aflora ese hilo de esperanza que nos comunica con algo mucho más trascendente, como su nombre lo indica: la trascendencia. Aquello que está más allá de nuestras vidas, incluso de nuestro entendimiento.
Probablemente sea en la trascendencia del hombre y la mujer hacia un destino mayor, eso que decimos de “pasar a mejor vida”. Cuando una persona muere, está siendo avalado por una cantidad de investigaciones científicas que han demostrado (aún no hay una posición unánime) que la muerte no existe y que hay una transformación de la energía hacia nuevas formas de vida.
Veamos el vaso medio lleno
La Navidad es una época de reuniones familiares, de unión familiar, de renovación de amistades, etc. Las personas en todo el mundo celebran la temporada de muchas formas diferentes, siguiendo sus creencias y costumbres. Por ello debemos respetar las diferentes culturas, sus formas de celebrar, porque en todas ellas, la Navidad es una época para celebrar. La más importante es la celebración del nacimiento de Jesús. Su intención es traer un mensaje de paz y esperanza, pero a nivel individual estamos más pendientes de días de vacaciones y la preparación de reuniones, fiestas en los trabajos, entrega de regalos que en lo que realmente significa para ti y para mí. ¿Podríamos decir que hay un exceso de mercantilización que se ha asociado a la celebración religiosa?
Las fiestas y encuentros que se celebran, en sí mismas se han convertido en una gran parte de las celebraciones navideñas. Se organizan en la oficina, entre amigos y por supuesto con nuestros familiares.
Para muchos resulta un poco difícil rechazar invitaciones, especialmente las del trabajo, por lo que asistir a fiestas durante la temporada navideña se ha convertido en una obligación social. Si bien estamos de acuerdo en que las fiestas son ese espacio necesario para que el encuentro con seres queridos nos de alegría, el significado de la celebración navideña ha perdido en parte aquella reflexión a la que nos referíamos. Sin duda, que no tengas ganas de pensar y reflexionar, no quita que sientas la emoción de celebrar. Aunque la gente casi ha olvidado lo que realmente significa la Navidad, hay muchas personas que tienen una idea diferente de lo que es y debería ser la Navidad.
Si (
No(
