Estados Unidos perdió 5,7 millones de abonados a la televisión por cable entre 2016 y 2017, mientras, en paralelo, las plataformas OTT ganaban 4,5 millones de suscriptores, lo que llevó a que el 6 % del mercado de la
televisión de pago fuera en streaming ya a finales de 2017.
En contraste, en Europa el mercado de la televisión de pago tradicional se ha estancado principalmente por el precio, aunque en paralelo también crece la penetración de las OTT. Donde existen grandes diferencias es en el ARPU, el ingreso medio por usuario: mientras que en Estados Unidos la televisión de pago asciende a 80 euros al mes, en Europa se queda en apenas 15 euros; en las OTT, los estadounidenses pagan unos 30 euros mensuales y los europeos, menos de 25 euros (solo seis países del continente superan la cantidad).