“Viendo el pescado, tan clásico ¿se puede innovar? El consumidor no tiene tiempo, el pescado es un producto con fecha de caducidad, nos piden un pescado que guste a los niños, en envases cómodos, y el pescado se vende como hace un siglo. Tenemos un largo camino por recorrer”, ha dicho Carlos Luna, director general de Angulas de Aguinaga. Una ponencia que no ha tenido desperdicio. La resumo:
Todos los poros de la empresa deben respirar innovación, hay que reinventar todos los procesos y partir de cero. También en los mercados, nuevos usos, costumbres y colectivos. Debemos abrirnos a la sociedad, a las redes, dejar de ser lobos solitarios, crear sinergias con las empresas más disparatadas. La gran revolución industrial que va a haber es la revolución de las personas. Debemos abandonar los viejos clichés de empresario y trabajador.
En 1991 se produjo una caída del 2% del PIB con un paro del 24%, momentos aterradores y peores que los actuales. Fue cuando lanzamos la Gula del Norte, que ha sido un éxito. Siempre que lancemos productos innovadores nos dirán ¿para que, si no se necesita, si funciona lo de siempre? Debemos mirar para adelante para ser competitivos. Uno falla el 100% de los disparos que no hace.