Ha comprado los derechos de MotoGP, la Premier League y la Euroliga de baloncesto, Cristiano Ronaldo es embajador mundial de su marca y quiere hacerse con el fútbol español, sin descartar la Champions League. Te contamos quién está detrás de DAZN.
Aunque DAZN llegará oficialmente a España en 2019, lo está haciendo por capítulos y con pompa y boato. Esta plataforma para ver deportes por Internet, nacida en Reino Unido hace apenas tres años, ya está presente en Estados Unidos, Alemania, Austria, Canadá, Italia, Japón o Suiza. Ahora apunta a España, donde ya ha comprado los derechos de MotoGP, la Premier League británica y la Euroliga de baloncesto. Pero quiere más y apunta, concretamente, a la Liga Santander. Sin descartar la Champions League.
DAZN ha irrumpido en el mercado español a base de comprar importantes competiciones deportivas y con un importante curriculum internacional a sus espaldas, a pesar de su juventud. Considerada 'el Netflix del deporte', esta OTT (Over the Top) quiere revolucionar la forma de ver deportes, ofreciéndolos a "un precio razonable" y sin la necesidad de ligarse a una teleco. Promete ubicuidad (se podrá ver en televisión, móviles, tablets o videoconsolas, además de dispositivos como Apple TV y Android TV) y, como está demostrando, maneja el marketing como pocas, aunque es razonable, al tratarse de una compañía de marcado perfil digital.
Qué es DAZN y quién está detrás
DAZN nació en 2015 en Reino Unido y pertenece a Perform Group, una compañía británica centrada en contenidos deportivos y medios de comunicación. Apenas tiene 11 años de vida, pero eso no le ha impedido facturar casi 500 millones de euros en 2017, de los que más de 100 millones han procedido exclusivamente de DAZN, según datos oficiales. Porque Perform Group aglutina derechos deportivos que después emite en su propia plataforma o comparte con terceros, una fórmula que no descarta aplicar en España. De ahí su supuesto interés en hacerse con el fútbol nacional, cuyos derechos posee Movistar+ hasta 2022 tras haber pagado el pasado verano 2.900 millones de euros (pagó otros 1.000 millones por la Champions, que también quiere DAZN). No los tiene en exclusiva, sino que los comparte con otros operadores, en este caso, y principalmente, Orange. Pero cualquier empresa, televisión o plataforma puede solicitarlos, en cuyo caso se aplicaría un coste que varía según el número de abonados que tenga. Varios medios han contado que Opensport, una OTT española que el pasado verano prometió revolucionar el mercado deportivo emitiendo todo el fútbol, y que finalmente quedó en nada, pagó apenas 20.000 euros en su momento por La Liga 1|2|3, la Segunda División española. Todo gracias a su reducida cifra de abonados, algo que en el caso de DAZN saldría todavía más barato: no tiene ni un solo abonado en España, principalmente porque todavía no opera en el país. Aunque no será tan fácil.
En primer lugar, si DAZN consigue hacerse con el fútbol, está claro que logrará aglutinar un importante número de abonados, que ganarán libertad a la hora de escoger su teleoperadora. Máxime cuando las marcas blancas que ofrecen fibra y móvil a menor coste (alrededor de 35 euros al mes, sin televisión) comienzan a proliferar. Hasta ahora, Sky es el complemento ideal para estas ofertas, al ofrecer un paquete de canales de entretenimiento por 10 euros al mes, contratable con cualquier operador. La potencia de los servicios de televisión de las grandes, Movistar, Vodafone y Orange, provoca que Sky apenas supere los 110.000 abonados. Netflix supera los dos millones de abonados en España, por comprar magnitudes.
Aunque si hablamos de deportes, y al margen de Opensport y las dudas que genera, el caso a analizar es BeIN Connect. Por apenas 10 euros al mes emite varios canales con gran parte del fútbol español. De hecho, solo le falta El Partidazo, que únicamente puede verse en Movistar+ y Orange/Jazztel, y la Champions, que también se ve exclusivamente en estas dos plataformas.
Y ahí está el segundo potencial problema para DAZN: la capacidad tecnológica. A diferencia de Netflix o Sky, plataformas que distribuyen a lo largo del día la concentración de usuarios, los deportes acumulan una gran cantidad de espectadores en un mismo momento, generando picos de uso que pueden saturar las redes. Esto no supone un problema para los propietarios de las mismas -Movistar u Orange, en este caso-, ya que pueden gestionar la totalidad del ancho de banda de sus clientes y distribuirlo de manera inteligente para no sufrir cortes del servicio. Resulta infrecuente tener problemas durante la emisión de un partido en Movistar. Pero no sucede lo mismo con algunas OTT, y concretamente, según han denunciado algunos medios y usuarios, con BeIN Connect. También sucedió en su día con Total Channel, que terminó desapareciendo entre otras cosas por estas dificultades (ahora está integrada en BeIN Connect con un catálogo de canales de entretenimiento). Y es que estas plataformas no tienen las mismas capacidades técnicas que una telco, principalmente porque utilizan redes que no son de su propiedad, por lo que no pueden gestionar el tráfico. Si tenemos en cuenta que Movistar MotoGP supera el millón de abonados, lo lógico es pensar que ese millón, o al menos gran parte del mismo, querrá ver la competición. Al mismo tiempo.
La burbuja del streaming: Estados Unidos tendrá 200 plataformas como Netflix en los próximos años
¿Habrá mercado para todas? Te lo contamos en este reportaje.
Leer más en media-tics.com
DAZN llega a España y quiere hacer amigos
Pero DAZN, tal vez aleccionada por los problemas que sufrieron otras plataformas similares, quiere competir al estilo Netflix: buscará al mismo cliente que las telcos, pero trabajando junto a ellas. Una fórmula que parece funcionar, en vista de que el gran videoclub estadounidense, a pesar de hacer la competencia a los servicios de televisión de las telcos, está integrada en Vodafone, Orange y, en unos días, en Movistar+. Si DAZN llega a algún tipo de acuerdo con las teleoperadoras, probablemente tendrá su estabilidad técnica asegurada, ya que será tratada como un servicio propio y se beneficiará de la gestión inteligente de las redes. Es razonable pensar que Vodafone sería la primera en prestarse a ello, sobre todo si tenemos en cuenta que el pasado verano no dudó en recomendar a sus clientes que contratasen Opensport para seguir el fútbol, competición que había rechazado por el elevado coste de los derechos. Ni siquiera tenían un acuerdo ambas empresas, por lo que el movimiento fue interpretado como un desesperado intento por evitar la temida fuga de clientes (que en cierto modo llegó).
Otro problema para DAZN sería la rentabilidad de los contenidos. Solo los derechos de MotoGP cuestan 50 millones de euros al año, lo que haría necesario conseguir 450.000 abonados a razón de 10 euros mensuales durante los doce meses, algo poco probable si se tiene en cuenta que la competición dura de marzo a noviembre. En este sentido, la libertad de poder abonarse o darse de baja en cualquier momento podría perjudicar a la plataforma.
En cualquier caso,
la llegada de DAZN a España ya está revolucionando el mercado de los derechos deportivos, a pesar de que hasta ahora todo se basa en rumores, publicidad (junto a
Cristiano Ronaldo, convertido en embajador global de la plataforma) y expectación, tanto en la industria, que mira con cierto resquemor a un
nuevo competidor dispuesto a cambiarlo todo, como entre los consumidores, que vislumbran la posibilidad de disfrutar de sus deportes favoritos a menor precio y con mayor libertad. Aunque todo está por ver.