Un reality show financiero en Endemol

El diario económico “Financieele Dagblad” publicó que los accionistas principales de la empresa de televisión, Cyrte, Mediaset y Goldman Sachs, habían contratado a la empresa de asesoría Houlihan Lokey para que negocie la reestructuración de la deuda de Endemol y evitar así su quiebra. Al parecer, la deuda de Endemol está alrededor de los 2.000 millones de euros y la empresa está tratando desesperadamente de renegociar con los bancos acreedores para estirar las cancelaciones de pasivo y evitar la quiebra.

Un portavoz de Endemol ha asegurado “que la empresa puede pagar sus deudas y tiene suficiente liquidez”. Endemol es una de las productoras de televisión más conocidas del mundo, tiene más de 5.000 empleados y opera en 30 países.

El diario francés “Le Monde” le dedica un largo artículo. Afirma que la deuda de Endemol proviene de la compra en 2007 a Telefónica por 2.800 millones de euros por parte del trío de accionistas citado. El entonces presidente de Telefónica, Villalonga, compró en su día Endemol muy cara. César Alierta logró en una brillante operación vender la empresa a sus actuales accionistas, pero una gran parte del precio de compra fue transformado en deuda en el balance de la empresa.

Endemol es aparentemente rentable y el año pasado obtuvo un beneficio de 153 millones de euros para una facturación de 1.250 millones. Sin embargo, las amortizaciones a las que debió proceder dieron como resultado un fuerte déficit en el ejercicio de 2010. Además, alguno de sus últimos formatos de programa, como “Secret Story”, no han logrado los resultados apetecidos.

Según el diario económico holandés “Financieele Dagblad”, Endemol precisa de una manera urgente de un balón de oxígeno por un montante de 1.000 millones de euros. Si Cyrte, Mediaset y Goldman Sachs no inyectan nuevo capital, los acreedores podrían transformar una parte de sus créditos en acciones, con lo que los accionistas actuales podrían perder el control del grupo.

La productora Endemol se ha caracterizado en los últimos años por recibir bastantes críticas que le achacan haber llevado demasiado lejos el mal gusto en televisión.