Xiaomi, ¿la nueva burbuja tecnológica?

La compañía va camino de su octavo aniversario, pero ya cuenta con decenas de productos en el mercado, un importante entramado de inversiones y una fiebre a su alrededor que recuerda a Apple (algo que también sucede con el diseño de sus tiendas, de las que ya tiene más de 130 -dos de ellas en España-).

Xiaomi no tuvo un buen 2015, o al menos no alcanzaron los 100 millones de terminales vendidos que preveían (se quedó en poco más de 70 millones). Su 2016 fue aún peor, quedando en poco más de 60 millones de unidades vendidas, aunque sin datos oficiales. En 2017, sin embargo, ha dejado atrás todos los problemas, y solo en el segundo trimestre del año ha vendido 23 millones de terminales. No existen cifras globales y todo son estimaciones, pero parce que el año que acabamos de dejar ha marcado un punto de inflexión para la compañía pekinesa. Parece que debe a India esta fiebre, que además está moviendo algo mucho más serio que las cifras de ventas de sus móviles: la bolsa.

Todo apunta a que Xiaomi está preparada para salir al parqué, pero antes tiene que dar respuesta a algunas incógnitas. La principal es cuánto vale la compañía. Hace unos meses se cifraba en unos 50.000 millones de dólares, pero las buenas ventas de 2017 y el repentino apetito que está despertando entre bancos e inversores sitúa su valoración en 100.000 millones. Todo ello a pesar de grandes interrogantes, como su verdadera capacidad para convertir en beneficio las ventas o la forma de rentabilizar una de sus grandes apuestas, los dispositivos del Internet de las Cosas.

Este año sí que será clave para el futuro de Xiaomi. Se esperan unos ingresos superiores a los 17.000 millones de dólares, algo que fácilmente podría conseguir si se tiene en cuenta que hasta octubre de 2017 ya había amasado 15.000 millones. El beneficio para 2018 estaría estimado en unos 2.000 millones, lo que arrojaría un margen del 5,9% sobre los ingresos. Esta cifra puede tener una de las claves de la explosión de deseo que despierta la compañía china: está a la altura de Samsung o Huawei, a pesar de vender terminales dos tercios más baratos. Si Xiaomi será el nuevo Samsung está por ver, pero que una compañía fundada por dos personas que no alcanzaban los cuarenta años de edad haya conseguido mirar a los ojos a las grandes en menos de una década... demuestra cierto potencial.