El presidente ejecutivo de PRISA, Juan Luis Cebrián, lo ha advertido en una intervención reciente: en 20 años, podrían desaparecer los periódicos de papel. "Ya hay grandes ciudades sin medios impresos", ha asegurado, al mismo tiempo que denunciaba la pérdida de calidad en la información y la proliferación de noticias falsas. No es muy de extrañar si tenemos en cuenta que en unos pocos años se han suprimido en España más de 15.000 puestos de periodistas. Curiosamente, siguen saliendo cada año de cerca de 6.000 titulados en Periodismo en las diferentes facultades españolas.
Algunos de los grandes rotativos del mundo, por ejemplo 'The New York Times', 'Le Monde', 'The Washington Post' o 'Financial Times', por citar a algunos, han variado notablemente sus planteamientos editoriales: muchos más análisis, más temas en profundidad, más opiniones de expertos, nuevas secciones, distribución de la información de manera novedosa, etc. En España, las primeras páginas de los diarios siguen siendo idénticas, las secciones son las mismas y la falta de innovación periodística es clamorosa. Con frecuencia, los titulares de primera página mezclan la opinión con la información, rompiendo lo que era un sacrosanto principio del periodismo de calidad. El inmovilismo no está solo en las redacciones. Las televisiones y las radios "cantan" las primeras páginas de los diarios impresos, con absoluto olvido de los medios digitales, que con frecuencia tienen una difusión mucho mayor que algunos de los diarios citados. Las administraciones públicas españolas siguen asignando sus presupuestos publicitarios con preeminencia total a los medios impresos. La Administración General del Estado margina a Internet, abrumadoramente mayoritario en audiencias, otorgándole tan solo un 13% de su inversión publicitaria. La Generalitat, por ejemplo, repartió el año pasado el 49% de su presupuesto publicitario a las publicaciones impresas y solo el 14% fue a Internet.
Los últimos datos de la prensa escrita no solo no cambian esta tendencia a la baja, sino que incluso la acentúa, cuando la economía española en general crece en torno al 3% y la inversión publicitaria debería seguir parecidos rumbos. En el periodo enero-junio de este año, el conjunto de la prensa registra una nueva caída del 9% en la facturación publicitaria. Además, la facturación de los portales de Internet está ralentizando su crecimiento. En 2016 aumentó un 20,4% en el caso de los medios de PRISA. En los seis primeros meses tan solo ha aumentado el 5,2%. En este tiempo, los ingresos por anunciantes de papel en los medios del principal grupo español cayeron el 16,4%.
El presidente de PRISA tiene razón cuando dice que el mundo afronta "un cambio de civilización" que afecta a todos los ámbitos. Menciona que Facebook se ha convertido en el primer medio del mundo y acapara el 80% de la publicidad digital sin generar contenidos ni contratar periodistas. Podríamos añadir una larga lista que nos ilustrase del cambio de paradigma al que asistimos a una velocidad tan vertiginosa que perdemos el sentido de la perspectiva. Ya hay coches eléctricos que se conducen solos. El reconocimiento facial está cerca de acabar con la privacidad en el mundo. La impresión digital va a revolucionar los procesos de fabricación. Los robots van a hacerse cargo de un porcentaje muy alto del empleo humano. La manipulación genética nos va a permitir jugar a ser dioses. Y la Inteligencia Artificial se acerca a un punto en el que grandes expertos advierten de un peligro crucial para la raza humana. Pero los periódicos, los españoles entre otros, siguen haciéndose como hace 20 años, machacando a sus sufridos lectores con la media docena de temas que todos se disputan. Una deriva que tiene mucho de suicidio.