Las últimas tendencias globales en los medios de comunicación son muy preocupantes: 1. Las audiencias digitales parecen haber tocado techo en 2016, tras varios años de ascenso fulgurante. 2. La publicidad y la carrera por las audiencias multimillonarias han pervertido a los editores. Y 3. Se empieza a ver claro que la información de calidad, como vital servicio a la sociedad, no puede financiarse con la publicidad. Hay que buscar alternativas.
El caso del prestigioso diario británico 'The Guardian' es un ejemplo elocuente de la situación. El año pasado consiguió la mayor audiencia de su historia, pero sus pérdidas alcanzaron los 170 millones de libras. Lleva perdidos más de 400 millones de libras y sobrevive gracias a una poderosa fundación y fondo de reserva. Se puede considerar que 'The Guardian' es un periódico global. El año pasado, el 63% de los navegadores únicos del periódico fueron de fuera del Reino Unido. Solo en EEUU tiene 42 millones de usuarios únicos mensuales. En Australia es el quinto sitio web de noticias, con un récord de 7,2 millones de visitantes. Sus contenidos gustan mucho y son caros de producir, pero la inmensa mayoría de la gente no está dispuesta a pagar por ellos. En España, el 85% de los usuarios encuestados en el estudio 'Navegantes en Red', de AIMC, leen la información digital, pero solo 4 de cada 100 usuarios pagan por leer noticias en Internet. El enorme capital que suponen 28 millones de personas en España utilizando Internet cada día no ha sido aprovechado por los editores, que entre todos apenas obtienen 225 millones de euros de ingresos anuales del ecosistema online. Además, el tráfico de los diarios digitales nacionales parece que tocó techo el año pasado. El grupo de diarios digitales nacionales que cuentan con una edición en papel vieron cómo su número de usuarios únicos agregados descendía un 3%, según una investigación de DigiMedios a partir de datos de comScore cerrados a diciembre pasado en comparación con el año anterior. En los nativos digitales la caída es aún mayor: en diciembre registra una disminución del 5% sobre el año anterior.
El informe 'Reuters Institute Digital News Report 2016', que estudió la disposición de 23 países a pagar por las noticias, tan solo el 7% de los lectores del Reino Unido pagaba por noticias en línea. Sin embargo, el monto de lo que pagan es bastante alto en comparativa internacional, un promedio de 82 libras esterlinas al año.
Los editores se han entregado a Facebook Instant Articles o Google AMP. Sin embargo, ya saben que el bombeo de noticias a través de Facebook y Google les da una importante audiencia, pero apenas hacen dinero. Los dos gigantes de Internet se llevaron el 75% de los ingresos digitales en EEUU en 2016. A esto hay que añadir el auge imparable de los bloqueadores de publicidad, el fraude a través de robots que disparan las audiencias falsamente y otros quebraderos de cabeza. Por ello, no sorprende que EEUU más de una tercera parte de los editores se salte abiertamente las directrices para la publicidad nativa publicadas en diciembre de 2015 por la Comisión Federal de Comercio. Con frecuencia la publicidad nativa se mezcla indiscriminadamente con los contenidos periodísticos sin ninguna distinción.
Tampoco es de extrañar que ante esta situación cada vez más preocupante se levanten voces de manera creciente que pidan soluciones radicales. Por ejemplo, Emily Bell, directora del 'Tow Center for Digital Journalism' de la Universidad de Periodismo de Columbia, exige "una intervención radical en el mercado" y la creación de una dotación para financiar y salvaguardar el periodismo independiente. Es evidente que, a pesar de sus esfuerzos, ni Google ni Facebook han hecho lo suficiente por la información de calidad como servicio social. La industria de noticias con una base financiera en la publicidad se está desvaneciendo.