1. La VR te lleva a lugares a los que no podrías ir de otra manera. En mayo permitieron al espectador viajar a Plutón con “Seeking Pluto's Frigid Heart”, un lugar al que solo ha podido llegar la nave espacial New Horizons de la NASA tras diez años de viaje.
2. Lo importante no es tanto que la localización sea impresionante, sino que tenga una narrativa fuerte y visual.
3. La VR tiene un gran potencial para la transmisión de hechos noticiables en tiempo real. Llevar al espectador al interior de una protesta o los disturbios que se produzcan en una ciudad. Que se sienta presente y experimente la energía que se vive alrededor.
4. Lo que podría diferenciar a la VR del ritmo del cine de acción o los videojuegos es que posibilita una contemplación tranquila. Fijarse en detalles que en la vida real pasan inadvertidos.
5. La VR crea estados de ánimos mediante la estimulación de las emociones del espectador a través de experiencias sensoriales.
6. No todos los contenidos pueden tratarse bajo el prisma de la Realidad Virtual. Cada información pide una plataforma o formato determinado.
7. Si no corren buenos tiempos desde el punto de vista económico, la Realidad Virtual puede ser un importante salvavidas. Invertir en un nuevo formato permite contrarrestar la disminución de la circulación impresa y una publicidad cada vez menos rentable.
8. Los anunciantes han respondido de forma positiva. Utilizan diferentes formas y tamaños, aportan muchas ideas. Y el ‘NYT’ está a su servicio como una consultoría.
9. La app NYTVR ha sido descargada más de un millón de veces. Pero lo fascinante es que el promedio de visualización llega a los seis minutos y medio, un tiempo de compromiso elevadísimo en el mundo digital. Se confirma que la VR no es solo una moda, ha llegado para quedarse.
10. Se necesita un nuevo modelo operativo para hacer cosas nuevas. Correr riesgos en la experimentación empieza a ser algo normal en las empresas periodísticas. Y a menudo no hay forma de testar las ideas, se ponen en práctica sin un ensayo general previo.