Mark Zuckerberg se ha cansado de repetir que Facebook es una empresa de tecnología y no una compañía de medios, ya que su función es construir herramientas pero no producen ningún contenido. Sin embargo, el diario ‘The Guardian’ asegura que el CEO aún no sabe que se ha convertido en una especie de redactor jefe que decide qué tipo de informaciones tienen cabida en la organización de noticias más grande del mundo y cuáles son censurables.
Ahora la compañía acaba de tomar una decisión crucial para su futuro: en las próximas semanas permitirá la publicación de más material que sea considerado como “noticiable, significativo o importante para el interés público, aunque pueda violar nuestros estándares”. Para ello, sus responsables pedirán ayuda a periodistas, fotógrafos o agentes del orden con el fin de que las historias e imágenes publicadas no supongan un riesgo para la seguridad o se muestren a personas vulnerables como los menores.
El cambio de política se produce tan solo un mes después de que Facebook bloqueara la cuenta del escritor noruego Tom Egeland por compartir la foto histórica de “la niña del napalm”. Una foto de una niña desnuda fue motivo suficiente para la censura, sin tener en cuenta ningún tipo de criterio histórico. El redactor jefe del periódico noruego 'Aftenposten', que también sufrió en sus carnes este absurdo, escribió entonces una carta abierta a Zuckerberg en la que aseguraba que el CEO “ejerce su responsabilidad editorial por medio de algoritmos avanzados” que controlan la información que llegamos a ver y la que no. Tan solo hace un año, el documental 'Facebookistan' ponía de relieve que el país más grande del mundo, con más de 1.000 millones de habitantes, censuraba contenidos como fotografías artísticas de desnudos o madres amamantando a sus bebés.
Sin embargo, ahora Zuckerberg, desde su sillón de editor, permite incluso difundir declaraciones de Donald Trump contra colectivos sociales como los musulmanes, a pesar de que violan claramente las reglas de la compañía por incitar al odio. Según ‘The Wall Street Journal’, los empleados protestaron por esta doble moral, pero los criterios de Zuckerberg se empiezan a parecer cada vez más a los de un periodista para el que prima el valor del discurso político cuando lo que está en juego es decidir quién será el nuevo presidente de los EEUU. Por tanto, en este caso el CEO-editor sí optó por tener en cuenta el contexto y valoró las consecuencias de la eliminación de esta noticia.
Ahora que la red social más importante del mundo empieza a adoptar criterios editoriales, sería un buen momento para que se planteara si debería contratar periodistas que respeten principios esenciales como la disciplina y la verificación.
Si (
No(
