Cinco compañías estadounidenses, Alphabet, Amazon, Apple, Facebook y Microsoft, lideran el desarrollo de una de las claves de la revolución digital. Cuando surge una start-up, la compran de manera casi instantánea: en cinco años se han hecho con 30 empresas del sector.
El mundo tecnológico, especialmente gracias a Internet, demostró que cualquier persona con una buena idea que aportase valor podría llevar a lo más alto su producto. Ahí están las historias de estudiantes que montaban una empresa en un garaje y al final terminaban… dominando el mundo. Hay cinco compañías que controlan el mundo digital: Alphabet (matriz de Google), Apple, Amazon, Facebook y Microsoft. Todas son estadounidenses, con poder global, y todas tienen un colchón financiero que las sitúa en una posición privilegiada frente a los nuevos avances que están por llegar. Uno de ellos es la Inteligencia Artificial, una disruptiva tecnología que cambiará muchas de las cosas que conocemos. Pero todo quedará en menos del ‘Big Five’, sin que puedan imponerse nuevas empresas o compañías procedentes de otros países que no sean Estados Unidos.
“La consolidación en cualquier mercado es esperada, pero en la Inteligencia Artificial está sucediendo tan rápido, en una etapa tan temprana y con muy pocas compañías involucradas que hay serias razones para estar preocupados”, explicó recientemente Vinod Iyengar, de H20.ai, en TechCrunch.
Este analista pone de manifiesto una tendencia que considera preocupante: la Inteligencia Artificial está creciendo más rápido que otras tecnologías cuando estaban en etapas similares (la inicial), algo que tal vez se deba a la madurez que tiene el mundo digital. Sin embargo, esos factores provocan que las empresas más poderosas de Internet estén compitiendo por monopolizar el desarrollo de las nuevas tecnologías, lo que hace que salgan de compras y se hagan con start-ups llamadas a innovar en estos campos.
Como explica Iyengar, en los últimos cinco años el ‘Big Five’ se ha hecho con más de 30 empresas que buscaban desarrollar la Inteligencia Artificial. Sólo en 2016 se han hecho seis grandes compras, con Alphabet en cabeza: ha comprado una decena de pequeñas empresas en el último lustro. Apple, por su parte, se ha hecho con tres. El problema, opina Iyengar, es que los gigantes compran las start-ups dentro sus cuatro primeros años de vida, lo que demuestra que no buscan empresas consolidadas, sino equipos humanos, ideas y patentes para que pasen a formar parte de sus propios recursos.
Este analista explica que este comportamiento supone un riesgo para la innovación porque puede “atrofiar el crecimiento de la industria en su conjunto, ya que los productos y soluciones de la empresa adquirida a menudo se dejan de lado a favor de la hoja de ruta de los productos existentes en la sociedad absorbente”. También dice que la innovación podría ralentizarse al depender de empresas que buscan beneficios económicos, algo que las start-ups tienen asumido que no van a conseguir, por lo que se centran en mejorar su producto gracias a la financiación que obtienen de fondos especializados en potenciar empresas emergentes.
Por otra parte,
el analista explica que la enorme competencia entre el ‘Big Five’ hará que la transferencia de conocimiento se paralice, dado que están luchando entre ellas por dominar un mercado emergente que no se presta a compartir elementos que pueden marcar la diferencia entre ser uno más o ser el mejor.