Las empresas financieras digitales están dando a los usuarios el poder del sector financiero en detrimento de una banca en retroceso y atrapada en la crisis, los escándalos, la desconfianza de los consumidores, el exceso de liquidez y los bajos tipos de interés.
Podría ser la tormenta perfecta y los bancos lo saben: a las causas que han mermado el negocio bancario en los últimos años se une la irrupción con cada vez más fuerza de las fintech, empresas tecnológicas de servicios financieros que están arrastrando a los consumidores hacia nuevas formas de controlar su dinero. Todo empezó con PayPal, aunque esta herramienta, que ha conseguido alzarse como la más útil y segura para pagar en Internet, todavía unía los dos mundos: necesita asociarse a una tarjeta de crédito, generalmente expedida por un banco. Ahora se ha superado el modelo intermedio y ya hay empresas digitales que no necesitan ninguna relación con un banco tradicional.
‘Venmo’, filial de PayPal, es una fintech para realizar transferencias entre particulares que en 2015 canalizó 7.500 millones de dólares: en el primer trimestre de 2016 ya lo había hecho por valor de 3.200 millones. Pero no es la única: sólo en España hay 207 start-ups enmarcadas en el sector fintech,cuatro veces más que hace tres años, cuando solo había 50 empresas. Pero no es el único país en el que proliferan: en Brasil hay 130, en México 128, en Colombia 77, en Chile 56... Estas empresas, según el Fintech Radar Spain 2016, podrían captar en España hasta el 20% del negocio bancario en los próximos cinco años. Y es que el avance de la penetración de estas tecnologías es imparable: en 2005 solo el 15% de los españoles utilizaba la banca online. En 2015 era el 39%, según datos de Eurostat. La media europea ya se sitúa en el 47%, con casos extremos como Holanda o Dinamarca, donde el 85% de sus ciudadanos ya operan online de manera habitual.
El riesgo para los bancos es evidente: sobran oficinas. Y eso se traduce en riesgo para sus empleados: según cálculos de Funcas, entre 2012 y 2015 el sector bancario español perdió más de 36.000 empleados. Y se espera que hasta 2019 se pierdan casi 15.000 puestos más. Un grave problema para unas plantillas que acostumbran a entrar muy jóvenes en los bancos y que no tienen recursos para reorientar su carrera laboral cuando pierden sus empleos.
La banca ha reaccionado tarde, como sucede en general con las empresas tradicionales que ven amenazados sus negocios por la llegada de nuevos actores. Pero
están creando sus propias fintech para ofrecer los mismos servicios, como es el caso de clearXchange, una plataforma de pagos en la que participan
Wells Fargo, JPMorgan, Bank of America y US Bancorp. Juntos están trabajando en el desarrollo de ‘Zelle’, una aplicación para realizar pagos a través del móvil. El objetivo es competir con PayPal y otras aplicaciones similares (como Square). Y para ello van a utilizar la única ventaja que tienen: acortar al máximo los plazos para que el dinero cambie de manos. Hasta ahora, servicios como PayPal necesitaban a veces hasta un día para que la transferencia fuera efectiva, por lo que los bancos, al trabajar en conjunto contra un enemigo común, planean
un modelo de transferencia instantánea del dinero. Aunque PayPal ya ha anunciado un acuerdo con Visa y MasterCard para que sus transferencias también sean instantáneas, mientras que la fintech Circle Internet Financial baraja introducir el blockchain para que esta inmediatez esté disponible entre las tecnológicas que empiezan a controlar el negocio bancario, pero no sus bases. Aun así, la banca tiene más frentes abiertos:
se está pasando del crowdfunding, la financiación colectiva de proyectos puntuales, al crowdlending, el nacimiento de plataformas que ponen en contacto a personas con dinero y personas que necesitan dinero. Los créditos P2P. La banca colaborativa.
¿El fin de los bancos?