Una propuesta de la ICANN, el organismo que controla las direcciones y los dominios de Internet, busca reducir el poder estadounidense sobre la gestión de ciertos aspectos de la Red.
El Gobierno estadounidense ya ofreció hace dos años reducir su peso en el control de los organismos que regulan la Red, algo que también había ofrecido en 1998, pero que finalmente quedó en nada cuando pensó que mantener su poder sobre Internet ayudaría a evitar que el papel fuera ocupado por regímenes políticos poco (o nada) democráticos.
Ahora, una propuesta de la ICANN (Internet Corporation for Assigned Names and Numbers, el organismo que regula las direcciones y dominios de Internet), busca llevar a cabo, de manera definitiva, nuevas políticas que le otorguen mayor autonomía frente a los gobiernos.
Sin embargo, Estados Unidos se encuentra en plena precampaña electoral, por lo que la ICANN no va a encontrar fácil desprenderse del control estadounidense, como ya han dejado claro algunos candidatos a la Presidencia del país. De hecho, Ted Cruz, candidato por el Partido Republicano, ya ha sugerido en público que la ICANN tiene contactos con China y que tiene el "deseo de construir una relación estrecha con el gobierno chino que podría continuar moviéndose en una dirección preocupante una vez que el gobierno de Estados Unidos termine su supervisión", como destaca el Financial Times.
La ICANN es consciente del papel que juega en el control de la Red, por lo que está atento a varios gobiernos que podrían poner en peligro su independencia, entre los que, además de China y Rusia, figuran Argentina, Brasil e incluso Francia.
“Está claro que no sólo hay movimientos en el Eje del Mal para controlar la ICANN”, ha explicado Milton Mueller, profesor del Georgia Institute of Technology, al Financial Times.
La influencia decisiva que tiene la ICANN sobre el funcionamiento de Internet convierte a este organismo sin ánimo de lucro en el objetivo no sólo de gobiernos, sino de empresas relacionadas con la tecnología. Pero sus últimos movimientos, entre los que destaca un cambio en el sistema de votación, buscan precisamente aumentar su independencia, aunque no dejará de lado a nadie. De hecho, la ICANN plantea que, además de gobiernos, se tenga en cuenta la opinión de tecnólogos y compañías del sector a la hora de tomar decisiones, pero sin dejar que existan desequilibrios en la influencia de cada uno de ellos. Además, y aunque la ICANN seguiría siendo una empresa privada establecida en California (lo que ha generado protestas por parte de algunos países), la propuesta planteada busca que sea necesaria la unanimidad de los países miembros del organismo a la hora de tomar decisiones.
Por otra parte, el contrato que establece que la ICANN gestiona los nombres de Internet expirará en septiembre, aunque algunos expertos vaticinan que podría ser ampliado para evitar un vacío de poder en este sentido en plena campaña electoral estadounidense.