El anuncio tardío del Mi5, cuando el resto de compañías ya han anunciado sus últimos dispositivos, ha conseguido que Xiaomi acapare toda la atención.
El Xiaomi Mi5 lleva un procesador Snapdragon 820, cámara de 16 megapíxeles con estabilizador de imagen, sensor de huellas dactilares, pantalla de 5,15 pulgadas y pesa 129 gramos (14 menos que el iPhone 6s). La propia compañía se ha encargado de dejar claro que su móvil tiene las mismas prestaciones que el Samsung Galaxy S7 (la estrella de este MWC) y el nuevo iPhone. Pero sorprende su precio: apenas 300 euros en su versión básica y un máximo de 400 euros en la superior (4 gigas de RAM y 128GB de almacenamiento).
El Samsung Galaxy S7 cuenta con 4 gigas de RAM. El iPhone 6s se queda en dos. En ambos casos, el precio rondará los 700 euros, por lo que Xiaomi ha presentado un teléfono con prestaciones muy similares, un diseño muy parecido… y la mitad de precio.
La presentación ha sido de altura: el vicepresidente de la compañía, Hugo Barra, ha aparecido a lomos de un hoverboard, un polémico y complicado medio de transporte de moda entre algunos adolescentes. Allí ha destacado que el Mi5 es “nuestro primer terminal de gama alta”.
Xiaomi es uno de los fabricantes de móviles más prometedores del mundo.
Fundada en China hace apenas 5 años,
la compañía ha logrado situarse en primera línea gracias a productos fiables vendidos a bajo precio y exclusivamente a través de Internet. En la actualidad cuenta con casi 3.000 empleados, entre los que destaca el propio Hugo Barra, fichado en 2013 para pilotar la expansión internacional de la compañía, y que hasta entonces trabajaba en Google (concretamente, en Android).
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