Los humanos recuperamos el control de la red

El tráfico humano ha ido aumentando paulatinamente desde 2013. También debemos de tener en cuenta que a pesar de que muchos robots son nefastos, no todos son malos. El tráfico de los buenos contra los bots, como los rastreadores de motores de búsqueda y herramientas de investigación de mercados, ha ido disminuyendo en los últimos meses.

En el informe se detalla cómo aquellas páginas más populares, con más de 100.000 visitas diarias, han visto cómo el tráfico humano vencía al fraudulento, suponiendo ya más de la mitad del mismo. Al analizar este dato en concreto, Incapsula afirma que “cuanto más popular es una página web, más difícil es para ese tráfico bueno luchar contra los robots para mantenerse al día con la afluencia de visitas”.

Hay dos razones principales por las que las que podría suceder esto: rastreos indiscriminados (como los robots de los motores de búsqueda o herramientas de investigación de mercados) y las exploraciones específicas para aprender más acerca de una página web (como el tiempo de actividad o SEO). "En ambos casos," expone el informe, "con una popularidad alta del sitio web, es probable que se traduzca en un aumento de tráfico bueno."

Medidas contra el spam

El buscador por excelencia de la red declaraba el año pasado la guerra a los bots, a los que considera “su enemigo número uno”. Tanto es así que la compañía ha llegado a cambiar su algoritmo de búsqueda para castigar a los sitios web que distribuyen spam.

Google también cuenta con un equipo de lucha contra el fraude, compuesto por más de 100 personas que se dedican única y exclusivamente a la caza de los robots.

Este tipo de medidas podrían haber influenciado a este notable descenso en el tráfico de robots de spam que, de acuerdo con Incapsula, con una caída del 2% en 2012 a un 0,1% en 2015.

La batalla aún no ha terminado

El número de personas que utiliza Internet se ha incrementado en más del 8% en sólo un año, pasando de 2,940 millones a 3.170 millones de personas. Pese a esto, la guerra contra los robots no ha concluido, pues de acuerdo con la Asociación Nacional de Publicistas (ANA) y Operaciones Blancas, el fraude en los anuncios le cuesta a las marcas más de 7.200 millones de dólares.

Esto se debe a que los vendedores siguen inyectando más dinero en sus presupuestos de publicidad digital, lo que significa que hay más inversión publicitaria y hay más cantidad a la que afectan los robots fraudulentos. Hay dos tipos de anuncios que son más vulnerables a los robots que la publicidad en línea media:

1. Los anuncios de vídeo: Son caros y proporcionan un fuerte incentivo económico para los operadores de bots.
2. Los anuncios programáticos: Los vendedores tienen menos control sobre dónde están exactamente colocados, lo que los hace menos seguros.

Los vendedores no deben atribuir los resultados que ven de esos anuncios únicamente a los seres humanos. Las empresas con sitios web de menor popularidad, en particular, deben ser cuidadosas con su tráfico desde esos sitios, pues pueden no tener los presupuestos indispensables para aumentar la seguridad y controlar el tráfico de robots.

Por encima de todo, los vendedores deben invertir en la creación de contenido que atraiga a los usuarios reales, es decir, contenido que provoca una respuesta emocional y es altamente compartible, siendo éste el menos propenso a ser regido por los robots.