El mercado abierto a la competencia llama al dinero que viene de la mano – o de las chequeras, para ser más precisos – de las compañías que están dispuestas a arriesgarlo cuando el pastel se presenta sabroso.
Es el caso de México, hasta no hace mucho nicho casi exclusivo del conglomerado de Carlos Slim. Las autoridades mexicanas están viendo cómo empresas de la talla de Telefónica, AT&T (busca jugar fuerte en la región, tras su compra por 48.500 millones de dólares de DirecTV), Alcatel-Lucent, Ericsson y Sprint, están sacando cuentas para hacerse de gran parte del espacio que deja al descubierto la retirada – obligada por la aprobación de las leyes secundarias de la nueva Ley de Telecomunicaciones – de parte importante de los activos del holding de Slim. Así, según los números que se filtraron a la prensa, se estaría hablando de poco más de 28 mil millones de dólares para el próximo trienio.
Las quinielas están al rojo vivo. “Quién se quedará con qué”. Es la pregunta que hay que responder. Y si bien las apuestas están divididas, los analistas arriesgan a que será AT&T la operadora que pujará por los activos que América Móvil deberá desprenderse para evitar ser considerada como agente económico preponderante. La apuesta de la telco estadounidense no es menor. El mercado habla de unos 17.500 millones de dólares.
Lusacell, en tanto, busca un partner para crecer en telefonía móvil. ¿Telefónica? Quizás, dicen en voz baja no pocos analistas. ¿O Sprint? “Por qué no”, responden.
Así las cosas, el otro plato fuerte lo protagonizan Ericsson y Alcatel-Lucent, que analizan hacerse con el proyecto de la red estatal de banda ancha móvil en la banda de 700 megahertz, negocio que podría involucrar a otros diez mil millones de dólares en infraestructura en los próximos diez años.
Asimismo, la prensa recuerda que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), tenía previsto dar a conocer las bases de la licitación para la red compartida de acceso inalámbrico al mayoreo entre agosto y septiembre para arrancar el proyecto en diciembre de 2014; pero como no pudo cumplir con el calendario previsto, ahora se especula que se conocerá al ganador a mediados del año próximo.
El retraso se explica en que todavía hay canales de televisión que siguen utilizando la banda de 700 MHz para sus transmisiones y el espectro radioeléctrico debe liberarse para que los operadores puedan ofrecer servicios de banda ancha y telefonía móvil.
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