Se decía que el actual presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, era un “producto” del fortísimo grupo de comunicación Televisa. También se afirmaba que este conglomerado puso a disposición del entonces candidato toda su infraestructura y canales informativos para posicionarlo como el hombre capaz de reimpulsar la economía mexicana, relegada de acuerdo a sus posibilidades.
Pero algo pasó. Peña Nieto ganó las elecciones y, sin perder un solo minuto, presentó sus reformas. Hasta ahí, lo que se esperaba de él. Lo que no se esperaba es que esas reformas pegarían de lleno a los “dueños del país”. Carlos Slim, y su grupo América Móvil, fueron de los primeros en darse cuenta que la cosa iba también con ellos. O mejor dicho, las reformas incluían sus empresas oligopólicas.
Hoy es Emilio Azcárraga Jean, principal accionista de Televisa, el que se refriega los ojos. Seguramente no cree lo que ellos ven. El hijo pródigo, Peña Nieto, abandona - o al menos deja el cuarto - la casa. Las reformas llegaron también al controlado mercado de la televisión abierta. Slim vio cómo se le cerraron las puertas de la televisión de pago; mientras que Azcárraga Jean observa cómo el presidente le alambró la “quinta” de la televisión abierta.
La reacción de Televisa al proyecto de leyes secundarias enviadas este lunes por el Ejecutivo, que completaría la reforma de telecomunicaciones aprobada el año pasado, en busca de más competencia en los concentrados mercados de telefonía y televisión, tardó 24 horas en conocerse y atacó a la letra chica de la ambiciosa reforma del sector de telecomunicaciones. De acuerdo al grupo de comunicación, ésta podría imponerle sanciones desproporcionadas en lo que se refiere a contenidos.
La iniciativa contempla sanciones de hasta un dos y medio por ciento de los ingresos si los concesionarios audiovisuales cometen alguna falta grave en términos de contenidos, como en la clasificación de contenidos o en reglas de patrocinios. Y establece la posibilidad de duplicarlas en caso de reincidencia.
"En una primera lectura se observa que algunas de las sanciones propuestas son desproporcionadas", dijo la empresa refiriéndose al tema de contenidos, en un comunicado.
Televisa fue declarada a principios de mes empresa preponderante (dominante) en el mercado de televisión abierta por el regulador del sector, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), que le impuso una serie de exigencias para reducir su poder de mercado.
A pesar de todo, partidos opositores y críticos del Gobierno aseguran que las leyes secundarias propuestas debilitan al regulador y podrían poner en riesgo la competencia en el mercado de televisión abierta.
Detrás de estas voces, ¿estará la mano invisible de Emilio Azcárraga?