El modo de consumir contenidos ha cambiado mucho con la proliferación de los dispositivos móviles. Las redes sociales se han convertido en segundas pantallas en las que los usuarios comentan lo que está sucediendo en otras plataformas, acabando con el relato unidireccional.
Tres profesionales del mundo de la comunicación, moderados por Txema Valenzuela de Movistar TV, han querido dar su visión sobre cómo ha influido este nuevo fenómeno en la industria en la que ellos trabajan.
Ana Bueno, directora multimedia de Mediaset, asegura que hay que hablar de “multiscreen” más que de segundas pantallas, ya que los espectadores ven la tele con el ordenador o tableta delante, además del móvil. Para su empresa es un lujo tener un “focus group” o grupo de discusión muy activo durante todo el día en redes sociales comentando sus emisiones. Pero también esto supone un reto porque les obliga a escuchar las opiniones de millones de personas.
Ignacio Escolar, de “Eldiario.es” asegura que cuando sólo existía prensa en papel, el tráfico era 100% directo. Con la llegada de Internet, también llegaba desde los buscadores. Pero ahora hay una tercera y poderosa vía: las redes sociales. Gracias a ellas, ha cambiado la jerarquía de las noticias y los usuarios son los que deciden cuáles son las más importantes. Además, tienen la capacidad de dar visibilidad a cualquier hecho que quisiera ocultarse. El ejemplo más claro fue la foto del Rey cazando elefantes. Una imagen que no había salido a la luz años antes, pero que a raíz del viaje a Botsuana empezó a propagarse por la red. Los medios no tuvieron más remedio que hacerse eco de ella al día siguiente.
Elena Neira, autora de “El espectador social”, cree que, aunque ya hay experiencias interactivas en el cine, las segundas pantallas aún tardarán en implantarse en un medio en el que los cinéfilos son reacios a la introducción de cualquier elemento que pueda romper la magia. Pero la industria está sabiendo aprovecharlas en la promoción de los films, compartiendo detalles sobre cada película para que los usuarios vayan expandiendo los mensajes y creando expectación.
Los tres están de acuerdo en que en lo que más ha influido la multipantalla es en la forma de hacer televisión. Ana comentó que cada año, además de subir el consumo de televisión, también lo hace el de dispositivos móviles, por lo que hay que ofrecer contenidos extra para estas plataformas. En su caso, están desarrollando productos innovadores, como el que preparan para el Mundial o MotoGP. Además, en los próximos días estrenarán una aplicación de una nueva serie de Cuatro, a través de la cual sus seguidores podrán recibir contenidos a diario. Además, en “Mi Tele” podrán estar en contacto con sus protagonistas e intercambiar mensajes con ellos.
Aunque las opiniones en las redes sociales han de tenerse en cuenta, hay que saber diferenciar entre audiencia real e impacto social. Ignacio asegura que en el mundo digital, el postureo juega un papel fundamental. La gente cuida mucho su personalidad digital, porque, como dice Elena, “todo lo que compartes te define, hoy somos lo que posteamos”. Lo más twitteado no es lo más leído en la web de un periódico. Lo más visto suelen ser temas de sucesos, corazón, etc. Pero la gente, a la hora de recomendar informaciones a sus seguidores, se centra en lo que considera más trascendente, que suele coincidir con los temas con los que abren los telediarios y que ocupan las portadas de los periódicos. Temas que comparten, pero que no leen.
Para Elena, hay que dejar de ver las redes sociales como plataformas de comunicación y verlas como páginas de contenidos. En ellas se dan relaciones circulares y muchos productores se han dado cuenta de que sus protagonistas pueden interactuar con los usuarios generando contenidos. Todos aseguran que es inevitable que los comentarios de los internautas influyan en su trabajo. Ignacio reconoce que cuando está en un plató de televisión, utiliza la tableta para saber si el debate está interesando a la audiencia según el número de comentarios que genere.
Pero tampoco hay que cegarse por esta actividad social. Si un programa recibe muchos comentarios no tiene por qué ser bueno, a lo mejor ha sido fruto de la indignación. Incluso puede que ese grupo de personas sea una minoría, pero muy activa. Elena añade que es fácil caer en el error de dar demasiada importancia a los comentarios en redes, pero hay que relativizar y pensar que representan sólo a usuarios de Internet y en concreto de Twitter, no al resto de la población. Que una película tenga un gran impacto social no se traduce en un gran número de entradas vendidas. Twitter no se puede convertir en el predictor de nada. Estamos ante intenciones, no realidades.
Además, Ana asegura que nuestro timeline puede engañarnos. Nosotros seguimos a una gente determinada, pero no tenemos una visión general de lo que se habla en toda la red. Mediaset trabaja con otra empresa que se encarga de analizar todos los comentarios generados, no sólo los del timeline. Porque lo que importa en las redes sociales es la relevancia cualitativa, no cuantitativa. Las huellas que dejamos en ellas.
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