El Corte Inglés ha invertido 15 millones de euros en un centro de distribución semiautomático para preparar la cesta de la compra online, que es pionero en España. Una gigantesca nave de 10.000 metros cuadrados situada en Coslada, capaz de servir 2.000 pedidos diarios, y ser un 40% más eficiente sobre la preparación tradicional realizada por los dependientes de los hipermercados con un carrito, lo que ahora hacen su competidores. La intención de El Corte Inglés es repercutir esa mejora paulatina en los clientes. El centro nunca llegará a la robotización para poder atender la personalización de los pedidos.
“Llevar la cesta de la compra online con productos a diferentes temperaturas y frágiles a casa del cliente cuesta de 15 a 30 euros. Es un coste inasumible para compras inferiores a cien euros dado el escaso margen de los productos de alimentación”, explica Angel Sagredo, responsable de Smarted Commerce en IBM SPGI. Los hipermercados y supermercados españoles están cobrando unos ocho euros. La única forma de eliminarlo es un centro como el de El Corte Inglés, que ya tienen algunas de las grandes cadenas europeas de distribución como Tesco o Tengelmann Group.
“Quienes carezcan de ellos tendrán graves problemas de competencia en pocos años”, asegura Angel Sagredo. De hecho, Tengelmann ha cerrado, recientemente, la compra por Internet en Düsseldorf porque preparaba los pedidos desde los supermercados. “En Berlín y Múnich vendemos online desde 1997 y organizamos los pedidos desde un almacén específico”, asegura el portavoz de Tengelmann Group para justificar el cierre del servicio online en Düsseldorf.
En España, Carrefour podría estar preparando un centro similar al realizado por El Corte Inglés. Mientras tanto, el centro de El Corte Inglés es el único con una tecnología desarrollada al efecto. Les ha llevado cuatro años hacerlo, en ellos han visitado instalaciones de otras cadenas europeas, como Tesco, en Gran Bretaña, y LeShop, en Suiza.
El almacén está separado en tres partes, la de almacén, que acoge los 20.000 productos de su catálogo (el mayor de España en alimentación y droguería), todos numerados. Los trabajadores utilizan vehículos a motor para recorrerla.
El tramo central es el mayor, está serpenteado por una kilométrica cintra transportadora por la que circulan los contenedores de los pedidos. Las estanterías de su derredor forman las áreas de trabajo de los empleados, cada uno tiene acceso a casi 1.000 productos ordenados en las estanterías, que van colocando en los contenedores. El sistema informático es el organizador de tal enjambre, volumetriza cada pedido para designar el tamaño del contenedor (o contenedores cuando tiene productos refrigerados y congelados), y asocia el número del contenedor al del pedido y a los de los productos. Los empleados reciben las órdenes en un gigantesco reloj de pulsera, similar a una Tablet de unos seis pulgadas.
El tercer tramo del almacén acoge la zona frigorífica, con 500 referencias. Los empleados que trabajan en ella tienen ropa térmica, y no trabajan más de 45 minutos en el gigantesco congelador. En la zona refrigerada están de cero a seis grados, y sirven los pedidos de charcutería y pescadería hasta el punto de telefonear al cliente para aclarar el tipo de loncheado del jamón o la preparación del pescado.
Los pedidos refrigerados y congelados aguardan en estas zonas hasta entrar en los camiones, adecuados en tres ambientes, para no romper la cadena del frío. El centro tiene 42 muelles, 30 de expedición de mercancía y tres para recepción, y abastece las compras online de Madrid y su zona de influencia con 24 camiones. La demanda determinará la apertura de otros centros. Para servir la compra online también ha desarrollado el sistema de entrega Click&Car que hace furor en Francia. Se trata de poner el pedido en el coche del cliente que acude a los centros a la hora escogida por él. Click&Collect permite recoger en pedido en el mostrador de cualquier tienda. El conjunto de novedades incluye comprar a través de su app, lanzada hace más de un año.
El Corte Inglés estará preparado cuando Amazon determine vender cesta de la compra, y deberían estarlo el resto de las enseñas nacionales. Es conocida la política de Jeff Bezos de no reparar en gastos para dominar un mercado, y se cree que eliminará cualquier gasto de envío. Ahora está probando el uso de los aviones no tripulados, drones, en su mensajería, no parará para hacer un monopolio. Luego se verá.