La mayoría de estos países centran su estrategia en la implementación de un modelo de firma digital segura basada en el uso de criptografía (HSM) que le permita almacenar y proteger, de manera segura, las claves privadas de los certificados de los usuarios.
Uno de los últimos países en asociarse a este concepto, dentro del continente Latinoamericano, es Paraguay; dónde se han establecido, legislativamente hablando, los cimientos básicos para desarrollar un sistema sólido y seguro de firma digital.
Para saber más de la regulación en este país, debemos remontarnos al año 2.011, cuando Paraguay reglamentó tanto la Ley de Firma Electrónica como de Firma Digital, confiriéndole a ambas validez legal.
Es preciso reseñar, que aunque la definición de los dos tipos de firma (digital y electrónica) varían, conceptualmente, de la definición general; por cuanto la firma digital es definida como un conjunto de datos electrónicos utilizados por el signatario como su medio de identificación, mientras que la firma electrónica se define como aquella que previamente debe estar certificada por un prestador acreditado y cuyo sistema radica en un módulo HSM. Esta controversia, no deja de ser un asunto puramente formal y de nomenclatura.
Lo realmente importante y positivo, es el auge y promoción que desde el Gobierno de Panamá se está llevando a cabo acerca del modelo llamado de Firma Electrónica (para mí digital) así como sus numerosos esfuerzos para impulsarla socialmente.
Un ejemplo de ello, lo tenemos en las declaraciones realizadas, el pasado mes de julio por parte del Ministerio de Industria y Comercio, cuando este organismo manifestó, de forma oficial, su compromiso por establecerse como Entidad Certificadora del país y por tanto desarrollar su modelo de firma electrónica apoyada ésta en una sólida política de certificación, sustentada en una Infraestructura de Clave Pública (PKI).
Asimismo, desde este Ministerio se han fijado las directrices para establecer que organizaciones pueden optar a ser prestadores de servicios de certificación y que requisitos tienen que cumplir los certificados digitales a emplear, para que estos sean válidos.
Además de desarrollar la administración electrónica, este modelo de firma segura persigue contribuir al desarrollo de un comercio electrónico con garantías, mediante una interconexión segura del comercio con el mundo digital, un cometido en el que está empeñada y comprometida la propia Secretaría Nacional de la Información y Comunicación (SENATICS).
A pesar de que Paraguay se encuentra aún en fase de arranque para la implementación e impulso de la Firma Electrónica, es preciso destacar la importancia de esta iniciativa del Gobierno de este país en cuanto a sus esfuerzos por facilitar y acortar los trámites y relaciones de los ciudadanos y empresas paraguayos con las Instituciones y Órganos de la Administración. Con lo que se conseguirá abaratar costes e impulsar, mediante el uso de éstas tecnologías, la reducción del uso de papel y su contribución a mejorar el medio ambiente.
Mi felicitación y mejores deseos de éxito por dicha iniciativa.