Hace falta más de un millón de profesionales de seguridad digital

Los delincuentes digitales roban claves y credenciales, se infiltran en terminales, y se aprovechan de la confianza depositada en transacciones económicas, servicios de la administración e interacciones sociales de particulares y empresas de todos los tamaños. Las cifras dadas por Cisco son alarmantes, más por su sofisticación que por su proliferación. El crecimiento es constante, en 2013 creció un 14% interanual, pero paulatino.

Los sencillos ataques causantes de daños controlables han dado paso a sofisticadas operaciones ciber-criminales organizadas. Los ataques causan daños económicos y reputacionales a organizaciones públicas y privadas, y no se salva nadie. Incluso el tráfico de las 30 mayores redes corporativas del mundo del Fortune 500 entran en webs con malware, bien servidores secuestrados, bien a páginas sin contenido que suelen albergar actividad maliciosa. Es porque el déficit de un millón de profesionales especializados en seguridad merma la capacidad de las organizaciones para monitorizar y blindar sus redes. “La mayoría de las organizaciones carecen del personal o los sistemas necesarios para monitorizar las redes de forma constante, detectar amenazas y establecer protecciones a tiempo y de forma efectiva.

Los sectores más atacados son el agrícola y el minero, el de fabricación electrónica y el químico-farmacéutico. La industria agrícola y minera han saltado al estrellato de atacados desde un riesgo relativamente bajo. El sector de energía es el quinto más atacado, seguido de aviación.

El fortísimo crecimiento de los terminales móviles y de los entornos cloud ha sido caldo de cultivo de la mayor complejidad de las amenazas, y los terminales con sistema operativo Android son los más atacados. Cisco añade que los ciber-criminales han aprendido que aprovechar el poder de la infraestructura de Internet les proporciona muchos más beneficios que el simple acceso a ordenadores o dispositivos individuales para acceder a servidores clave que albergan las webs, los servidores de nombres y data centers. Es la forma de extender las amenazas a innumerables activos individuales.