¿En qué punto de la transición digital se encuentran los medios de comunicación en Estados Unidos?
Internet ha puesto patas arriba a los medios, y todavía no ha terminado la transición que deben hacer. Hay alrededor de 200 diarios con muros de pago de los 800 que hay en el país. La clave para tener éxito en el cobro de contenidos es cobrar muy poco y dar mucha calidad. The Magazine ha conseguido llegar al equilibrio económico cobrando un dólar mensual a cada suscriptor. Es un caso de éxito. La gente está dispuesta a pagar tarifas planas bajas por los contenidos, y por eso Netflix, el servicio de suscripción de series y películas de televisión más grande del mundo, ha logrado superar en valoración como empresa al New York Times.
¿Ha aceptado bien el público estadounidense el pago por leer contenidos en Internet?
No. El modelo de negocio freemium (ofrecer los contenidos básicos gratuitos y cobrar por los de mayor valor añadido) del New York Thines no funciona muy bien porque la gente no tiene en su cabeza la idea de pagar por leer noticias. Empiezan a diferenciar noticias de opinión, y no están dispuestos a pagar por las noticias puras, que deben ser gratuitas. Tampoco pagan por las entrevistas, tipo perfiles que algunos medios de comunicación ponen en sus contraportadas y que se están convirtiendo en una commodity.
Si están dispuestos a pagar por los artículos de opinión, reportajes y por entrevistas realizadas a expertos que ocupan hasta varias páginas. Uno de los más recientes éxitos de lectura de contenido de pago ha sido la entrevista realizada por Vanity Fair al artista Jay-Z, porque en ella contaba su evolución desde camello de zona marginal con siete años, actividad que inició para ayudar a su paupérrima familia, a cantante de éxito, multimillonario y casado con Beyoncé. Todavía no hay una varita mágica para saber por lo que el público va a pagar.
¿Cuál es el siguiente paso?
Amazon va a revolucionar el mundo de los contenidos con The Washington Post porque trabaja con unos parámetros distintos al de los editores tradicionales. Está decidido a realizar contenidos de calidad, cueste lo que cueste, y tiene el dinero para hacerlo. Ha dicho que le da igual, que puede permitirse unas pérdidas de 50 millones de dólares anuales durante 20 años, y que solo le importa hacer un medio de calidad y que sea leído. Luego ya verá como lo rentabiliza. Tiene caja para hacer lo que quiera.