200.000 editores se reunieron como cada año en Frankfurt en la mayor feria del libro del mundo en cuanto a número de empresas representadas y público asistente a sus jornadas. En la edición de 2013, los profesionales de la industria editorial comprobaron que los desafíos a los que se enfrentan son los mismos, independientemente del país de donde procedan, ya que el negocio se ha universalizado con la transición digital.
Precisamente la internacionalización de los mercados, gracias a la aparición del ebook, es uno de los temas que ha acaparado mayor atención. Según Russ Grandinetti, vicepresidente de contenido Kindle de Amazon, en 2014, más de la mitad de los libros vendidos en EE.UU. se adquirirán online en lugar de en tiendas físicas, informa “Gigaom”. En Reino Unido ocurrirá un año después y la tendencia es a que no pasen más de tres años para que gran parte de Europa viva un fenómeno similar.
Para Grandinetti, mercados incipientes para Kindle como Alemania y Japón, están presentando similares tasas de adopción digitales que los países de habla inglesa. Goodreads, la red social adquirida este año por Amazon, ya cuenta con un 45% de usuarios fuera de EE.UU. Por lo tanto, Grandinetti advierte a los editores de que si sus libros no están disponibles en línea, estarán perdiendo una gran oportunidad para expandirse.
Una vez que las empresas decidan tener presencia en formato digital, el siguiente reto será conseguir atraer la atención de unos consumidores que encuentran en Internet infinidad de opciones de entretenimiento. Cómo competir con otros productos de ocio y con Amazon, son algunas de las cuestiones que más preocupan a los editores. Amazon no es únicamente peligroso por su política de reducción constante de precios, sino también porque cuenta con la fidelidad de los lectores, algo mucho más difícil de romper. Ofrecer contenido atractivo para todo tipo de público y desarrollado para una visualización multiplataforma, serán claves.
Lo que parece inquietar menos a los editores en 2013 es el tema de la piratería. Kindle ha facilitado tanto las cosas a los usuarios que los editores creen que la compra legal de libros se está generalizando gracias a este tipo de iniciativas. En cambio, consideran que el verdadero problema en estos momentos es establecer un sistema de precios acorde a la situación de cada país.
Establecer un precio único supondría que los lectores de los países menos desarrollados no pudieran adquirir muchos títulos, por lo que sólo se estaría llegando al 15% de la población mundial. Según Octavio Kulesz, director de la editorial Teseo, “si estamos interesados en llegar al 85% restante, vamos a tener que revisar nuestros modelos de negocio”, sentencia.