Afirma que es frecuente que un plan de negocio distorsione la realidad porque no focaliza adecuadamente el entorno, el mercado y/o la competencia y se transmite una idea al equipo que lejos esté de poder cosechar resultados positivos, ni siquiera en el mediano plazo. Por eso, Hsu dice que lo que importa es pensar en la gente, no en las ideas. Porque una idea en su cabeza puede ser muy buena, pero ser la única. En cambio los equipos generan ideas a cada instante.
Espíritu emprendedor
El problema de las start-ups es que una gran mayoría sale mal, otro grupo no menos importante se queda en el desarrollo no culminando la “empresa” y sólo unas pocas llegan a la meta impuesta, porque han logrado gestionar razonablemente bien el cambio y adaptarse a los requerimientos de un mercado, que cada vez cuesta más predecir su comportamiento.
En una start-up hay que potenciar necesariamente tres cosas: mercado, equipo e idea; y en este orden.
Pero de lejos es el equipo el factor más importante. El segundo es el mercado, por lo que la idea es lo menos importante. Auténtica paradoja si siempre hemos creído que una idea genial lleva a un negocio de éxito. No es así y esta afirmación surge de la evidencia de que en más del 50% de los casos, según todos los datos e informaciones con las que cuentan los países que potencian los nuevos emprendimientos, las start-ups desaparecen antes de los dos años de vida. Y esto se debe a que se ha creído que la garantía del éxito del nuevo emprendimiento era contar con una nueva y buena idea.
También un error muy generalizado es que crear y desarrollar una start-up requiere contar con un plan de negocios perfectamente diseñado, para entonces recién prepararse para la acción de implementarlo. Es decir, que contando con un buen Business Plan, todo resuelto. Craso error.
Hsu sostiene que “los que se lanzan a la aventura de crear un nuevo negocio, creen que con el Business plan bien diseñado es suficiente. Se equivocan. Ser un emprendedor radica en ir creando el futuro paso a paso”.
¿Qué nos indica esto? Que un altísimo porcentaje de las start-ups tienen necesariamente un elevado índice de improvisación.
El problema no es tal, o disminuye considerablemente, cuando la gente que improvisa sabe hacerlo, porque tiene un muy buen back-ground y experiencias empresariales constatadas en haber iniciado otras start-ups con éxito en otros sectores de actividad. Por el contrario, aquellos que solamente cuentan con la teoría, la voluntad y una idea, son los que en una relación de 2 a 1 pasan a engrosar las estadísticas.
¿Es mala la improvisación? No cuando se realiza sobre bases fundadas. Además enfrentarse al cambio cada día y gestionarlo requiere de una dosis importante de improvisación. Pero los equipos de trabajo altamente eficientes no solamente saben gestionar e incluso anticiparse al cambio, sino que improvisan porque es casi seguro que no cuentan con todos los elementos necesarios para ver qué decisión es la más acertada.
Pero dada su pericia y velocidad de respuesta al cambio, logran reducir sustancialmente los niveles de incertidumbre y riesgo. Las start-ups son iniciativas empresariales de elevados niveles de riesgo que hay que neutralizar desde la puesta en marcha del nuevo negocio.
Una sola persona puede improvisar y ampliar sustancialmente su margen de error pero, cuando es el equipo el que genera ideas e implementa, el sostén del emprendedor reduce notablemente el riesgo y el fracaso. Además, gracias a un equipo que está permanentemente preocupándose por el mercado, se llega a comprender a éste de una manera que no puede describir ningún Plan de Negocio.
Por eso Hsu dice que es mejor no perder tiempo con un plan de 40 páginas, en cambio es preferible dedicar ese esfuerzo a hablar con diez clientes que será mucho más lucrativo. Porque cada cliente no es solamente la manifestación del gusto y necesidades que desea cubrir (su demanda son nuestros pedidos), sino que es un barómetro de tendencias de mercado que no necesariamente, por no decir nunca, están debidamente reflejados en los Business Plan.
Los países que se preocupan por los emprendedores
Estados Unidos es el que ostenta la pole-position en materia de start-ups. Facilitan la implementación de cualquier iniciativa, reducen la burocracia y potencian desde las universidades a aquellas personas con ideas brillantes, creando un triángulo muy conocido en este país que está formado por tres vértices: universidad, empresas punteras en NT’s y gobierno federal.
Obviamente hay un plan a escala nacional, que incluye formación desde el colegio secundario, con algunas horas formando a los alumnos en cuál es la misión de un emprendedor y por qué es importante que una sociedad evolucionada apoye este tipo de iniciativas. No solamente formar en la aptitud, sino en la actitud que una persona pueda desarrollar al comprender la importancia que tienen para la economía de su país y el bienestar, que cada vez crezca más el número de emprendedores.
Lamentablemente no podemos decir que este triángulo se esté aplicando con éxito en el resto de países –salvo algunas excepciones-. En el caso de España en medio de una crisis que sigue provocando recortes y ajustes, darle prioridad a las star-ups se convertiría en uno de los factores más importantes en la lucha contra el desempleo.
Si (
No(
