Los datos del informe realizado por Fundación Orange sobre el hipersector de la Tecnología de la Información y de las Comunicaciones son dramáticos, y no lo son aún más porque el informe eEspaña2012 está basado en datos de Eurostat de ese año. La realidad de julio de 2013 es aún peor, consecuencia lógica de la crisis sufrida. La administración ha debido recortar ayudas antes destinadas a promover la sociedad de la información, peores han sido las mermas destinadas a PYME. La cosa no sería demasiado criticable si no fuera por la huída hacia delante de las obras en AVE para mantenernos como la segunda potencia mundial en ese transporte, solo detrás de China, y que ha debido bajar de precio para no circular vacío.
Volviendo al informe. Los técnicos aseguran que el informe del 2012 empeora con mucho los datos del anterior 2011. Los recuerdo, el hipersector de la Tecnología de la Información y de las Comunicaciones solo contribuyó al 3,98% de la riqueza española en ese 2011 (un peso ínfimo en la economía), el valor de su producción se redujo globalmente en un 2% en un año, el empleo directo (386.000 personas) cayó un 1%, y el comercio exterior mantiene el fuerte déficit comercial, solo superado por el de Italia y Francia en la Europa de los 27.
Estos mimbres son consecuencia de la caída de la actividad económica, el aumento del paro y la disminución de las ayudas oficiales para el fomento de la sociedad de la información desde 2009. Tales ayudas tuvieron su punto álgido en 2008, nada menos que 1.609 millones de euros, en 2009 bajaron a 1.509 millones de euros, y de ahí en una cuesta abajo imparable hasta llegar a los 859 millones de euros presupuestados en 2012.
La del presupuesto en I+D+i ha sido menos dramática. Desde los 9.662 millones de euros dedicados a investigar para ser más competitivos en 2009 hasta los 6.398 millones de euros dedicados a ello en 2012 hay una caída de un tercio que se concentró en 2012, un 25,5%. La mengua de 3.300 millones de euros en la partida que más deberíamos de cuidar nos emboca a convertirnos en un país tercermundista si se mantienen todos los indicadores económicos, y el resto de los países no nos devuelve la confianza, algo difícil con la imagen de despilfarro y corrupción que damos al exterior.
Sigo con el doloroso informe. Afirma que los ingresos de las telecomunicaciones se están “contrayendo” en los últimos años, forma elegante de reflejar la brutal caída de los ingresos desde los 42.807 millones de euros facturados en 2008 hasta los 37.293 realizados en 2011. Una caída de casi el 13% acumulado en tres años no es como para rasgarse las vestiduras si no fuera por los imperativos que mandan en las empresas.
El primero es el continuo y fuerte esfuerzo inversor que los operadores de telecomunicaciones deben realizar para aumentar la velocidad de las redes fijas y móviles. Ahora asistimos a la batalla entre ellos para hacer las redes fijas de fibra óptica y las redes móviles 4G con tecnología LTE. El segundo es la continua caída de precios (más del 30% desde 2008) para mantener la competencia, las telecomunicaciones se caracterizan por ser uno de los sectores económicos más deflacionistas. El tercero es la portabilidad para obtener un móvil gratuito que al final pagamos de forma prorrateada en las tarifas. Con la calculadora en la mano, y teniendo en cuenta toda la letra pequeña que nunca leemos, los ahorros al cambiar de operador son tan insignificantes que no merece la pena el esfuerzo. Prueben a hacerlo. Sin embargo, España ha sido el segundo país europeo en portabilidad en 2011, lo que contribuye al gasto en regalo de móviles y el aumento de la competencia en precios, una espiral perversa.
En penetración de banda ancha y fija estamos levemente por debajo de la media europea, 10 Mbps que apenas tienen contratados el 25% de los españoles. Somos campeones en penetración de smartphones, solo detrás de Suecia, los que nos regalan por cambiar de operador. Aunque con ellos apenas hacemos gasto porque la facturación de la industria de contenidos va cuesta abajo, desde 2007 se ha contraído en un 20%. Si hay más personas que compran con el móvil, pero la factura total baja sin parar. Ya saben, triunfa el imperio del low-cost.
Pese a ello, las empresas deben mantener el esfuerzo en abrir y mantener su web, en caso contrario quedan fuera del mundo. También en este parámetro somos colistas, menos web empresariales que nosotros tienen los rumanos, los búlgaros, los portugueses, los letones, los chipriotas y ¡oh sorpresa¡ los italianos y los franceses. Incluso los húngaros superan a nuestros hermanos latinos para quedar por debajo de nosotros.