Mujeres líderes y liderazgo "bottom-up"

Con más de 20 años de experiencia en el diseño estratégico e implementación de programas de comunicación corporativa, actualmente es directora de comunicación global de General Electric:“Había aprendido que amaba a mis hijos incondicionalmente y también ser madre, pero también comprendí que las madres no deben sentirse culpables de querer desear algo para ellas mismas”.

Quería continuar el desarrollo de su carrera, por lo que se postuló para un puesto de trabajo, recibiendo la buena noticia de que la llamaran para una primera entrevista. Le fue bien y le hicieron una propuesta que finalmente aceptó.

La remuneración no era su prioridad, porque por encima de todo se sentía agradecida con la oportunidad que le habían brindado. Esta era hasta entonces su perspectiva de la vida. Estar agradecida porque, como mujer, le habían ofrecido un buen puesto de trabajo.

Pero no fue hasta que asistió a una conferencia en la cual Mika Brzezinski –autora norteamericana consagrada- era la ponente principal y la que cambió su ángulo de miras y su perspectiva del mundo en el que vivía, al afirmar cosas tales como:

- Preguntarse cómo y por qué los hombres generalmente reciben mejor compensación salarial por el mismo trabajo que las mujeres.

- Haciendo referencia a que las mujeres se sienten “agradecidas” porque se les brinde oportunidades y que no es frecuente que digan lo que realmente creen que es justo ganar aunque consideren que se lo merecen.

Sus palabras le sentaron como la “gran verdad” y le transportaron a los últimos años de su vida laboral. Si bien su situación no tenía nada que ver con hombres que ganaran más que mujeres, sí tenía mucho que ver con saber hacerse valer y hablar claro de cuál era su deseo y reclamo en cuanto a salario. Al reflexionar por lo que escuchaba en la ponencia, se dio cuenta de que había ejercido funciones de responsabilidad por las que hubiera merecido más remuneración pero jamás se atrevió a plantearlo.

De su experiencia sacó en limpio algunas pocas cosas, entre ellas, una invalorable lección que dice, que a pesar de las circunstancias difíciles para el empleo derivadas de la crisis, igualmente se debe apreciar al equipo.

Sin duda habrá directivos que piensen que su gente no se atreverá a dejar el empleo y buscar otros alternativos. Lo importante es que siempre habrá un sitio para aquellas personas que tengan talento. Afirma que hay que estar atento al talento de los demás y ser próximos a la gente del equipo, potenciándolos y ayudándolos a desarrollar su carrera.

El pensamiento de Kimberly C. Ramalho fortalece la posición de la mujer respecto a que tiene una tendencia natural a capitalizar mejor que el hombre los errores del pasado (además con humildad), afrontando los nuevos retos porque es inherente a su condición de mujer -protectora con sus hijos y familia- o a su condición profesional –preocupada por su gente- e ir dando las propias respuestas que las circunstancias requieren.

Al mismo tiempo, se está ayudando a dar las respuestas a toda una generación de mujeres que han tenido que enfrentarse a un mundo de organizaciones manejado y controlado por hombres. Cuando se dice que cada generación debe “buscar sus respuestas a los problemas a los que se enfrenta”, la generación actual de mujeres que ascendieron rápidamente a posiciones de liderazgo ha dado respuesta en los hechos a casi todos los obstáculos que se les habían puesto en la generación anterior.

A Kimberly C. Ramalho le guiaban entre sus principios y valores, una humildad y dependencia exagerada a estar agradecida por el puesto de trabajo que le habían ofrecido, siendo esto más importante que lo que en realidad merecía ganar por sus competencias profesionales.  Pero el valor de Kimberly, como tantas mujeres, ha sido ir formando a su gente en un nuevo estilo de liderazgo que fuera encontrando las respuestas del presente, con una preocupación fundamental por la gente. Un liderazgo que requiere de empatía y gran comprensión por “el otro”.

Su liderazgo parte desde abajo hacia arriba (liderazgo bottom-up) a pesar de que ostente una posición en la cúspide. Esto es lo que más cuesta entender a los hombres. Sólo unos pocos que han incorporado esa visión exterior de la mujer como algo natural de un nuevo liderazgo mantienen una elevada cuota de seguidores, porque de esto trata en suma el liderazgo: influencia sobre los demás.

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