Suena contradictorio, pero todo el mundo quiere sueña con afianzarse en el mercado chino al tiempo que se queja de las prácticas de los empresarios orientales. Las copias, sin duda, están en el primer lugar a la hora de levantar la voz. Pero no es lo único que molesta a quienes intentan hacer las cosas dentro de lo medianamente permitido. Veamos cuál es ahora el motivo del nuevo dolor de cabeza.
Los primeros en sentirlo fueron los estadounidenses. Pero muy pronto, también los empresarios de las telecomunicaciones europeos levantaron sus protestas contra los fabricantes de aparatos móviles de China. En rigor, Huawei, que por cierto está reclutando en Europa mientras sus rivales recortan, y ZTE podrían ser objeto de una investigación por parte de las autoridades de la UE por supuesta competencia desleal.
La acusación estaría basada en los subsidios estatales que reciben estas marcas. Pero los principales afectados, los fabricantes europeos, prefieren mantenerse al margen de toda acción. Volvemos al comienzo: todos quieren hacer negocios en China. El tamaño del mercado manda.