“De Correspondent”, un nuevo diario holandés en línea, ha puesto en marcha una iniciativa novedosa. En lugar de buscar financiación llamando a las puertas de marcas publicitarias, ha decidido que sean los partidarios del proyecto los que paguen para permitir que el diario pueda salir en septiembre.
El resultado en tan solo una semana ha sido mejor de lo esperado. Según informa “France 24”, en ocho días se ha recaudado más de un millón de euros, superando las expectativas de los creadores de este proyecto por el que los futuros lectores podrán seguir invirtiendo 13 días más.
“De Correspondent” ha conseguido que 17.321 usuarios ya se hayan suscrito por adelantado al diario, pagando 60 euros por un año de suscripción. La campaña de “crowdfunding” llevada a cabo en internet ha dado sus frutos, ya que en estos momentos se ha recuperado el 115% de los costes derivados de su lanzamiento.
En su blog, esta nueva publicación se presenta como una apuesta por un periodismo de calidad y alternativo, de lectura sosegada y con un análisis en profundidad de las noticias apostando por el formato largo. Por supuesto, recalcan que el sitio estará totalmente libre de publicidad y que serán los suscriptores con su dinero los que lo financien.
En un manifiesto, destacan las máximas del periódico, tales como “periodismo antes que rentabilidad”, “no hay anunciantes, sino socios”, “no hay público objetivo, sino pensadores afines”, “de los lectores a los participantes” o “totalmente digital”.
El equipo estará formado por importantes periodistas holandeses y firmas europeas que provienen de medios como “The Guardian” o “NRC”, aunque desde el digital no han querido dar más detalles. Sí han anunciado que se realizarán versiones diferentes para ordenadores, tabletas y smartphones.
“Nunca antes en ningún otro lugar del mundo ha habido tantas personas dispuestas a convertirse en miembros para ayudar a construir una plataforma periodística nueva”, señalan desde el diario. Y debido a este éxito, los competidores de “De Correspondent” ya han aparecido para criticar un proyecto al que han tachado de elitista y totalmente alejado de las preocupaciones cotidianas de los holandeses.
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