No hay duda de que las redes sociales están revolucionando el mundo de la comunicación, tanto que nuevas técnicas de marketing se ponen en práctica en estas plataformas gratuitas e instantáneas que ayudan a potenciar los beneficios comerciales. Sin embargo, los empresarios deben tener especial cuidado con los comentarios que sus empleados publican en los medios de comunicación en línea ya que, si no se toma cierta precaución, la imagen de la empresa puede quedar dañada.
Según informa The Guardian, el 45% de los empleados participan activamente en las redes sociales, utilizando estos medios como una herramienta de marketing. De todos ellos, solo el 24% confiesan seguir unas directrices marcadas por la empresa. La cifra revela la dejadez que muchos empresarios tienen a la hora de cuidar la imagen de su marca en estos medios de comunicación en pleno auge. Para obtener una estrategia eficaz y adoptar un enfoque integral de la estrategia a seguir en los medios sociales, es necesario estableces unas normas comunes que regulen el uso de estas herramientas en los puestos de trabajo.
Muchas empresas han bloqueado el acceso a las páginas webs que conectan con medios sociales como Facebook o Twitter en un intento por proteger la imagen de la empresa y evitar el descenso en la productividad del empleado. Sin embargo, esta técnica resulta ineficaz debido a la existencia de Internet en los teléfonos inteligentes y tabletas. Además, puede suponer un conflicto entre jefe y subordinado. Un reciente estudio del Reino Unido revela que el 50% de los jóvenes entre 16 y 24 años rechazaron un puesto de trabajo en el que estaba prohibido usar las redes sociales. Por ello, es aconsejable adoptar una política corporativa que regule el uso de las redes sociales con el consenso de los representantes sindicales, en lugar de prohibir su uso.
La regulación del uso de redes sociales debe recoger unas normas de comportamiento básicas. Por ejemplo, debe quedar establecido que si el empleado comenta cualquier tema relacionando con la empresa en sus perfiles privados, esa opinión es exclusivamente del empleado y no de la propia compañía. Además, debe incluir una cláusula de confidencialidad, por la que el trabajador esté obligado a guardar silencio en aquellos temas que afectan directamente a la empresa. Éstas y otras precauciones resultan necesarias para integrar los beneficios de las redes sociales y evitar cualquier problema que se pueda derivar de su uso.