¿Encaja Ud. bien las críticas?
En las acciones diarias en las organizaciones, todas ellas dependen en gran medida en recibir y dar de buena manera las críticas, lo que no es una cosa fácil de hacer. Coloquialmente hablando: encajarlas.
El poder que la crítica positiva tiene, es cómo transforma una relación perjudicial y negativa a una constructiva y positiva dentro de cualquier organización e incluso en la familia.
Habitualmente los problemas suelen venir acompañados de rupturas de la comunicación. La crítica positiva reestablece a menudo incidentes de este tipo que parecían que iban a llevar mucho tiempo arreglar.
Cada problema y cada conflicto, es único. Por lo que el directivo emocionalmente inteligente puede acortar mucho este tiempo encontrando el sentimiento que se oculta detrás del problema.
Buscará la solución, se esforzará en reestablecer la comunicación y escuchará las críticas.
Obviamente cuando el conflicto ha estallado, las críticas que llegan son negativas, ya que las positivas son las que deberían haberse considerado anticipadamente.
La crítica positiva puede echar luz a un conflicto potencial. Pero si además se cuenta con unas dotes intuitivas muy marcadas de parte de líder del equipo o de la organización, seguramente resultará más fácil volver a una razonable estabilidad en el clima laboral.
¿Por qué es importante convertir los pensamientos negativos en positivos?
El fundamento del pensamiento positivo subyace en que el sentimiento de una persona respecto a los sucesos que ocurren en su vida y entorno (vida laboral) no son los propios sucesos, sino cómo los interpreta dicha persona.
Es por ello que frente a hechos que son similares o casi idénticos, puedan derivarse reacciones emocionales muy diferentes en las distintas personas de un equipo, de toda una organización, o también, de los miembros de una familia.
Las emociones y las percepciones son las que diseñan nuestra realidad
Los sucesos que ocurren en la vida de una persona no es lo que determina su estado de ánimo y de sus emociones, sino la forma en que las ha percibido.
Si algo es preocupante para una persona, piensa que está siendo una situación comprometida. Por ello, es importante que podamos aprender a cambiar la forma habitual de interpretar la realidad. Especialmente aquellas actitudes que nos bloquean o que nos hacen sentir mal porque nos produce sentimientos negativos.
La actitud que se toma frente a los problemas o situaciones que diariamente se presentan, resulta que termina siendo la dimensión e importancia de aquellos.
Algunas reglas para propiciar pensamientos positivos
1º Analizar qué situaciones de la vida cotidiana nos hacen sentir mal.
Muchas personas cambian su estado de ánimo –por ejemplo, en el ambiente laboral- al tener que compartir espacio a pocos metros con una de esas personalidades negativas. No puede ni pegarle ni matarlo. Menos aún despedirlo. Pero sí puede hacer algo para sí y también para su equipo: influir con sus pensamientos positivos y las actitudes consecuentes en el ánimo y en las propias creencias de ese compañero que les hace sentir mal.
2º Ser conscientes de cómo me he sentido ante algunas de esas situaciones en el pasado y cómo me siento ahora.
Me he sentido mal. Pero esto se acabó. Mi actitud influirá también en los demás. El ambiente positivo se contagia.
3º Qué es lo que he sacado en limpio de este sentimiento. Me ha motivado recuerdos y sentimientos que tenía olvidados.
4º. Buscar hasta encontrar otra forma más positiva para interpretar la situación. Focalizar el problema desde un ángulo ganador y no apelar al victimismo (todo me sale mal, no soy capaz de lograrlo, etc.)
5º Apelar a nuestra fuerza interior, lo que técnicamente llamamos “visión interior” en la certeza de que vamos a resolver el problema buscando todas las alternativas posibles, porque nuestros valores, principios y creencias son más fuertes (esta es la llave) que la adversidad a la cual nos enfrentamos.