Los decretos religiosos emitidos por las cuatro autoridades máximas del país argumentan que los smartphones son un elemento inmoral.
Si bien los ayotallah reconocen las bondades de los teléfonos inteligentes “pueden tener algunos beneficios”, dicen, no se les escapa, según su visión y creencias, que lleva a la “corrupción moral” de los jóvenes.
Las fatwas, de acuerdo a la síntesis que emitió la agencia de noticias iraní Fars, sostienen que las empresas de telefonía públicas y privadas deberían detener la provisión de ese servicio, que contradice "la enseñanza religiosa" y "amenaza los fundamentos de la familia".
La alarma que puso en alerta a los guardianes de la fe la provocó una campaña de la empresa de telecomunicaciones Rightel, que promociona un servicio de videollamadas.