América Móvil controladora del mercado mexicano de telecomunicaciones está viendo cómo la competencia comienza a unir fuerzas para contrarrestar, en parte, su posición de dominio. La española Telefónica, que controla el 20% del mercado móvil, porcentaje que la ubica en la segunda posición del ranking, anunciará próximamente su alianza con lusacell, teleco del Grupo Salinas, que tiene como cabeza visible al magnate Ricardo Salinas. lusacell, a su vez, cuenta con un market share de cinco puntos, lo que la convierte en la empresa de telefonía móvil más pequeña del país.
Está claro que este matrimonio favorecerá a lusacell, empresa que parece no creer en aquel proverbio que reza “el pez más gordo se come al más pequeño”. Lusacell ve en esta alianza un paso hacia su consolidación de la mano de un grande de las telecomunicaciones que, a su vez, necesita, aunque sea de uno en uno, sumar fuerzas para hacerle más difícil los negocios a la compañía de Carlos Slim.
Quizás no sorprenda tanto que Telefónica se haya unido a una operadora mucho más pequeña que ella, si se tiene en cuenta que la estrategia de la española pasa no tanto por continuar aumentando su base de clientes – lo que no significa que no le interese, claro -, sino por la calidad de sus usuarios, a fin de personalizar la relación con ellos. De hecho, la misma empresa depuró su carpeta de clientes descartando aquellos que no daban el perfil buscado por la operadora.
También hay que tener en cuenta que lusacell es la hermana menor de TV Azteca, la segunda mayor cadena de televisión de México y que actualmente está a la espera de la aprobación – o no – de su alianza con la poderosa Televisa. El órgano regulador tiene serias dudas de dar luz verde a esta unión, por temor a que aprovechen su potenciado poderío en el mercado de la televisión abierta.
La unión entre ambas cadenas implica la compra del 50% de lusacell (y evitar la compra directa de TV Azteca) por parte de Televisa, porcentaje que fue valorado en 1.600 millones de dólares.
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