“La idea era que el nuevo periódico se basase en lo que las cabeceras más importantes de la zona no publicaban”, explica Adamson en su artículo. Para la puesta en marcha del diario, los impulsores de la idea buscaron apoyo en los pequeños comerciantes de la zona, en los clubes y sociedades, equipos deportivos, organizaciones benéficas y repartieron hojas de contacto entre los vecinos, para que enviaran al periódico las historias que les gustaría contar. “Queríamos que la comunidad percibiera esto algo suyo”, resume Adamson.
El apoyo de los pequeños comerciantes fue clave al principio. “Trabajamos para que todas las empresas locales nos conocieran, porque les ofrecíamos una buena oportunidad de hacer publicidad en la población cercana”, señala el autor del artículo. Menos de un año después de su lanzamiento, el “Pembroke and Pembroke Dock Observer” ha duplicado su tirada y algunas de sus secciones son un éxito, especialmente el pensamiento semanal que envía el pastor local, Rob James.
“El periódico ha mejorado la concienciación sobre el papel y el servicio que ofrece. Además, no hemos tenido que asumir grandes costes”, subraya Anderson, quien asegura que el rotativo no hubiese tenido éxito sin los contenidos que generan los propios lectores. “Los mejores vendedores del mundo son los vecinos de al lado”, concluye el autor.