A los humoristas les gusta graficar con un serrucho cortando en círculo la base de la silla del funcionario víctima de intrigas corporativas. El serrucho, irremediablemente, culmina su labor. Y a Rey muerto, Rey puesto. O, a fin de continuar en la línea de viejos proverbios, hay otro que viene como anillo al dedo: “si ves las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”.
¿A qué viene tanta sabiduría popular? Tras la nacionalización y el desalojo express de sus despachos de los que fueron objeto los directivos españoles de Repsol, los responsables del resto de las empresas españolas que operan en Argentina viven en un creciente clima de inseguridad sobre su futuro laboral. El periodista de La Nación Pablo Sirvén le puso nombre y apellido a una de esas tantas compañías que se sienten amenazadas en caso de estar ante un nuevo capítulo del conflicto con España: Radio Continental del Grupo Prisa. Veamos qué dijo.
El columnista reveló que Continental convocó a los staffs de los distintos programas a reservadas reuniones donde se transmitió la preocupación por lo de Repsol, pero con la esperanza de que no se convierta en una escalada; y además para garantizar la libertad de opinión que ostenta esa onda.
El periodista recordó que Continental fue de Telefónica (NdR: esta a su vez se la compró a la Editorial Atlántida, muy cercana a la presidencia de Carlos Menem, otrora aliado de los Kirchner, en tiempos de la privatización de YPF -¡malditas hemerotecas!- , enemigo luego cuando el matrimonio decide volver a los setenta; y hoy nuevamente amigo de la viuda presidente, amistad que le permitió votar desde su escaño de senador por la nacionalización de YPF sin sonrojarse), hasta 2004, año que pasó a manos del Grupo Prisa. Acá comenzaron los problemas: por pedido de una radio de Trenque Lauquen (un pueblo agropecuario de la provincia de Buenos Aires), un juez dictó una medida cautelar que objetaba que la compra haya sido hecha por medio de la una filial del holding ubicada en Miami. Es en esta parte del relato (término significativo en el lenguaje kirchnerista) donde entra a jugar el otro actor protagónico, junto con el matrimonio presidencial, de la guerra Gobierno/Medios. En efecto, Sirvén afirmó que no pocos intuyeron que detrás de esos movimientos se encontraba el Grupo Clarín, deseoso de cerrarle el paso a los españoles. Hasta el día de hoy no hubo novedades judiciales sobre el caso; hecho que preocupa a los responsables de Continental, más desde que Cristina Fernández, en su guerra con la prensa no afín, sacó la ley de medios que impone, entre otras cuestiones, restricciones al capital extranjero.
A esta situación de precariedad que la emisora ya viene arrastrando, se le sumó otro hecho que puso los pelos de punta a los directivos de la radio. Sirvén recordó que la presidenta en el mismo acto que anunció la nacionalización de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), pronunció palabras duras hacia el diario El País. Según Sirvén, Néstor Kirchner quiso tener a su lado la cabecera de Prisa y al no lograrlo le vino un enojo que jamás superó. Heridas de un amor no correspondido. El vicepresidente argentino Amado Boudou en una conferencia de prensa celebrada en Semana Santa, para defenderse de un caso de corrupción que lo involucra (Ciccone), también disparó contra El País.
Para colmo, destacó Sirvén, Continental posee una deuda previsional que la delicada situación financiera del Grupo Prisa no le permite a la casa matriz enviar remesas de dinero para sostener su filial argentina. “Eso no es todo: entre 2016 y 2018 vencen las licencias de varias radios privadas, entre las que se encuentra Continental. Como no falta tanto, el Gobierno sólo tendría que esperar ese momento para cubrir esa onda con un permisionario más afín, sin necesidad de pagar precio político alguno por su sorpresivo zarpazo”, apreció en su columna de La Nación.
Con todo, para Prisa la presencia en Argentina sigue siendo de vital importancia en su estrategia global en el mundo de habla hispana, por lo que se da por descontado que, en caso de irse, lo hará dando guerra.
Así las cosas, Clarín tampoco contribuyó a calmar los nervios. Al contrario, los ataques de pánico aparecieron por doquier. El periódico publicó que “Afsa analiza quitar Telefé (el canal en abierto más visto del país) y otros ocho canales a Telefónica”.
Quizás los papagayos a los que aludió Cristina Fernández tengan la solución a todo este embrollo. En Argentina todo es posible.
Si (
No(
