Según publica Rob Grimshaw, director gerente de FT.com, en la revista ‘Wired’ no se ha tratado de una cuestión de suerte o de mercados de nicho, sino de “la creencia de que el periodismo de calidad todavía es valioso en un mundo conectado, y la convicción de que los editores pueden dar forma al futuro, y no ser simplemente sus víctimas”.
Durante una década, explica Grimshaw, los editores han estado regalando su contenido para ganar audiencia y con ella, ingresos de publicidad. “Pero muchos se quedan cortos en la escala que necesitan para competir eficazmente online. Atrapados entre el rápido declive del papel y el escaso crecimiento de los ingresos digitales, los editores deben encontrar nuevas formas de darle la vuelta a la situación o enfrentarse a futuro de recortes y medios mucho más reducidos”.
El FT implementó una política de “calidad, no cantidad” para la venta de anuncios, y descreyó a quienes afirmaban que los lectores no querían pagar por contenido digital. “El contenido producido por un reconocido equipo editorial tiene que valer algo a la audiencia adecuada”, concluyeron en el diario. Comparado con las cifras de tráfico de otras páginas web, las del FT son pequeñas, destaca Grimshaw, pero teniendo en cuenta los bajos costes de distribución, incluso una pequeña base de suscriptores resulta muy atractiva.
Y la demanda de noticias, recuerda el gerente del FT, nunca ha sido mayor.