El negocio de la televisión de pago se acerca al de la televisión abierta

Según el  Instituto de Pesquisa Económica Aplicada de Brasil (Ipea), con datos a 2009, la televisión abierta facturó 15.700 millones de reales (8.971 millones de dólares al cambio actual) frente a 14. 600 millones de reales, esto es, 8. 342 millones de dólares, de la televisión de pago, con un crecimiento de 23,4% entre 2007 y 2009 de la televisión abierta frente a 49% de expansión de la televisión de pago en ese mismo lapso.

Si extrapolamos estas cifras a 2010-2011, daría volúmenes similares o hasta superiores para el negocio de televisión de pago, frente a la televisión abierta. En efecto, en la actualidad, considerando el crecimiento de más de 30% anual que está teniendo la base de suscriptores de la televisión por suscripción, hoy está en los 13 millones, una cifra nada despreciable, más si se la compara con el volumen de suscriptores que presenta este segmento en Europa.

Con todo, y teniendo en cuenta que la mayor parte de este crecimiento está centrada en lo que en Brasil se denomina "Classe C" (target que involucra a los 30 millones de brasileños que han salido de la pobreza en los últimos años), el aumento de ingresos netos podría ser inferior al que sugiere el de suscriptores.

El informe de Ipea señala que en la televisión de pago, el 73,4% de los ingresos en 2009 fue por distribución, en tanto la programación respondió a 17,2% y la producción a 9,5%. Para tener el mapa completo del negocio es necesario contar con los datos de ingresos por publicidad, pero lamentablemente esa información no está, al menos, disponible. De ahí que hay que echar mano a la opinión de los analistas y éstos aseguran que los ingresos por publicidad rondan, por lo general, entre el 6% y el 7% del total del sector televisivo, frente a un 63% aproximadamente para la televisión en abierto.

En materia de costes, se menciona que los derechos y licencias son el rubro que más pesa a la hora de sacar números, con 31% en el área de distribución (lo cual podría interpretarse como el porcentaje de ingresos de los cables y DTH que se pagan por derechos) y 53% en el caso de las programadoras.