El revolucionario lanzamiento del último producto de Apple, el iBook2, ha servido para abrir una auténtica caja de Pandora. Las especulaciones en torno a su impacto en un ya maltrecho mercado editorial se multiplican por todos los rincones de la Red. Las facilidades y nuevas posibilidades que ofrece este `gadget´ para la edición de documentos y su posterior publicación podría tener consecuencias muy serias para las empresas editoras.
Mientras la enseña de la manzana insiste en afirmar entre las bondades de su último lanzamiento la de querer mejorar el sistema educativo norteamericano, hay otros que piensan que esta herramienta no cumplirá ese objetivo, dado que no llega al mercado en el momento adecuado. Ambrosia Sabrina asegura en el International Business Times que el sistema educativo norteamericano no está aún preparado para los libros de texto electrónicos.
Matthew Battles, por su parte, afirma en el blog del Instituto Nieman, de la Universidad de Harvard que los de Cupertino han querido enarbolar la bandera de la interactividad en el sistema educativo menospreciando otras muchas iniciativas que les han precedido durante años. Battles remarca que Apple parece haber olvidado que el objeto de la interacción en la educación está enfocado más hacia la creatividad que hacia el consumo.
Interacción y creatividad
El escritor utiliza el sarcasmo para referirse al discurso de Phil Schiller, comparando la durabilidad del libro, que permanece entre nosotros desde hace siglos, con la de un iPad o de cualquiera de sus aplicaciones, que no dejan de ser unos recién llegados a nuestros vidas.
Sea como fuere, novedades como el iBook2 tienen el potencial de convertirse en un auténtico terremoto que sacuda los cimientos del mercado editorial y la industria de la información. A las ya incontables posibilidades de publicar contenidos que ofrece Internet, se suman ahora más rápidas y sencillas formas de llegar al público y con mayor variedad de formatos, lo que supone una auténtica revolución para los editores de libros electrónicos.
Evidentemente, aún tardaremos varios años en comprobar los verdaderos efectos de estos avances, tal y como ocurriera a principios de los 90 con los primeros blogs. No fue hasta bastante después, cuando el desarrollo de herramientas como Blogger, Greymatter o Movable Type, lo convirtieron en algo cotidiano que Tumblr o Twitter han llevado a su máxima expresión.
iBooks Author, la herramienta presentada por Apple la pasada semana para que cualquier autor o editor pueda crear libros electrónicos para iPad y subirlos a iBookstore, viene a sumarse a la ya larga lista de herramientas que permiten democratizar la edición de libros (InDesign, Scrivener u otras alternativas más minoritarias como calibre).
Mercado saturado
El resultado del órdago planteado por Apple a Amazon y su Kindle en el sector educativo, acaba por convertirse en la gota que colma el vaso del mercado editorial, terminando de saturarlo de contenidos al hacer posible la edición de casi cualquier contenido. Pero suponemos que los ejecutivos de la firma de Cupertino se conforman con impulsar las ventas del iPad en las escuelas. Hasta septiembre se vendieron 40 millones de tabletas (ventas que supusieron 25.300 millones de dólares), y más de 1,5 millones de iPad ya se están utilizando con fines educativos, según el Vicepresidente de Apple, Phil Schiller.
Los datos de la Asociación de Editores Americanos indican que en Estados Unidos, el mercado de libros de texto mueve 10.000 millones de dólares al año, un apetitoso pastel del que el libro electrónico tan sólo representa un 2,8%. ¿Cambiará esta tendencia de manos de Apple? Lo veremos.