Los del sector no le consideran de los suyos y ese es, precisamente, el defecto de este madrileño. "Si, todos dicen que es buena persona ¿no es lo que se dice de las chicas feas? Me pregunto si todos decimos que es bueno porque no tenemos nada mejor que decir, no tiene trayectoria profesional relevante en el sector”, dice con malicia un ingeniero de telecomunicaciones de los de toda la vida. Calvo-Sotelo nació el 24 de noviembre de 1961, es Ingeniero de Caminos (como su padre) y desembarcó en el mundo de las telecomunicaciones como parte del equipo fundador de Airtel (hoy Vodafone). Allí hizo de todo, aprendió latín durante tres años. Fue presidente de la fracasada Quiero Televisión entre 2001 y 2003, y vicepresidente de Fundación Auna (antigua Retevisión) Su experiencia en el sector apenas suman diez años.
Mucho más larga ha sido el resto de su trayectoria. De 1996 a 2000 fue Subsecretario del Ministerio de Fomento, y de 2003 a 2004 ha presidido el organismo estatal Correos. Su último escalón ha sido ser uno de los asesores del gabinete personal de Marino Rajoy, al que se considera muy próximo.
Desde el viernes 30 de diciembre de 2011, Víctor Calvo-Sotelo es el Secretario de Estado de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información, con el ministro José Manuel Soria. El sector está conforme con el nombramiento, se temían a Bernardo Hernández, director de Producto de Google, al quien han estado postulando en los últimos tiempos, con su aquiescencia. “Meter a un Google en las telecos españolas hubiera sido como meter a un elefante en una cacharrería”, dice un experto del sector.
Calvo-Sotelo es de confianza, se conoce muy bien la administración, y hará lo que haya que hacer. Lo primero, dar salida a la Ley General de Telecomunicaciones, que está lista y consensuada para ser aprobada por el Congreso, el adelanto de las generales impidió su aprobación. La urgencia de su aprobación viene de las amenazas de las autoridades europeas por incumplimiento de algunas directivas. La Ley General de Teleco pone los mimbres para que esto deje de ser así.
Más peliagudo será culminar el dividendo digital (el espectro radioeléctrico liberado tras el apagón analógico en Europa, que en España fue dedicado a los radiodifusores, y que ahora debe dedicarse a servicios de telefonía móviles) en 2015. Sobre su mesa tiene los papeles con el camino trazado perfectamente, el problema es que cuesta dinero, y bastante. Se dijo que el coste del proceso del dividendo digital se pagaría con el dinero de las licencias de la subasta del espectro radioeléctrico. Son 1.647 millones de euros que, según temen en el sector, podría terminar cubriendo necesidades más perentorias.
El dinero será, otra vez, el mayor problema que tendrá Calvo-Sotelo para poder afrontar los retos de la Sociedad Digital, en la que España está perdiendo pie con respecto a Europa. Los gobiernos de Zapatero pusieron en marcha sucesivos planes Avanza para promover las TIC (tecnologías de la información y de las comunicaciones) en la sociedad y en las empresas. Calvo-Sotelo deberá hacer un plan similar, sería raro que mantuviera Avanza dado que fue un abanderado de Zapatero. En caso contrario se abrirá la brecha digital iniciada en algunos segmentos de la sociedad, las pymes perderán competitividad con respecto a Europa, y retrocederemos puestos en los índices europeos de la sociedad de la información.
El reto más fuerte al que se enfrenta Calvo-Sotelo es realizar un escenario más favorecedor para poder completar el despliegue de banda ancha fija y móvil, o sea fibra óptica y redes LTE.