Los emprendedores digitales encuentran las mayores dificultades para poner en marcha sus proyectos en la falta de preparación e infraestructura adecuada del mercado, que sigue primando a los negocios tradicionales. Ésta es la principal conclusión a la que han llegado ocho emprendedores, alumnos del Master en Internet Business (MIB), durante una mesa redonda organizada por el Instituto Superior para el Desarrollo de Internet (ISDI).
Rosa Fernández, fundadora de la tienda online de ropa interior femenina gisela.com, asegura que en el entorno tecnológico son muchos los problemas para encontrar proveedores adecuados con una capacitación técnica suficiente y capacidad de respuesta para atender la elevada demanda que suponen las incidencias del negocio día a día y sus necesidades de crecimiento y adaptación. Si la tecnología resulta crítica en el modelo de empresa, en vez de recurrir a un proveedor externo suele ser más recomendable que forme parte del proyecto desde el principio, a poder ser alguien del equipo fundador.
Daniel Mateo insiste en que no existe en España una cultura para atender a las empresas digitales. El creador de la web de asesoramiento en apuestas deportivas Sportyy piensa que los principales problemas a los que se enfrentan las tiendas on line son la rotura de stock y los inconvenientes que ponen los proveedores para servir pedidos pequeños. Por su parte, Aitor Grandes, fundador de 24symbols. empresa española de libros digitales, pone el foco en la financiación. Frente a la cultura que hay en otros países como Estados Unidos, en España los inversores de venture capital actúan ahogando a los emprendedores más que acompañándoles en el proceso. La mayor parte de los proyectos se inician con escaso presupuesto y autofinanciación.
Los medios de pago seguros son esenciales para desarrollar un negocio de comercio electrónico, como señala Alfonso Pérez de gintleman.com, web especializada en bebidas premium. Nacho Rodríguez, de conservaselección.com, opina que los bancos españoles están aún poco preparados para ofrecerles una plataforma para el pago on line. Además, los costes de transporte para productos que requieren un cuidado especial se encarecen considerablemente en envíos a pueblos o localidades alejados de los núcleos urbanos, lugares que concentran la mayor parte del mercado de comercio electrónico.