Pedro J. Ramírez se acercó por el Evento Blog España 2011 (#EBE11), un evento de web social celebrado en Sevilla entre el 11 y 13 de noviembre, para hablar sobre Twitter. Resulta reconfortante que figuras de la vieja escuela se suban al carro de las tecnologías. Principalmente porque si no lo hacen ese carro les pasará por encima. Y no sólo a sus ilustres personas sino a una parte muy importante del sector periodístico de España, que ellos dirigen.
El caso es que el director de El Mundo afirma que se está poniendo al día en lo que respecta a las nuevas tecnologías, hasta el punto de que hace un año no sabía lo que era un emoticono (sí, ya saben, esas caritas realizadas con signos de puntuación, que se añaden a los mensajes textuales para informar sobre el ánimo del autor o resaltar una entonación especial o un segundo sentido). Aunque Pedro J. no había oído hablar de este recurso tan elemental de la comunicación parece haber recuperado en un santiamén todo lo atrasado: el 10 de marzo de 2011 abrió su propia cuenta en Twitter y desde entonces no ha parado.
A día de hoy, el responsable de Unidad Editorial ha publicado más de 16.500 mensajes. No saquen la calculadora, se lo digo yo: da una media de casi 70 mensajes diarios. No son muy largos (140 caracteres; alguno menos si insertas un enlace), pero son muchos mensajes. Alguien con esa facundia comunicativa-conversadora, ¿hará algo más a lo largo del día? Pues sí, porque escribe en ratos muertos, o “a la noche, con un gin tonic”.
El uso de las redes sociales es muy personal. Unos las utilizan para los negocios, otros para entretenerse. Incluso hay usuarios más avanzados que utilizan unas redes para el ocio y otras para el negocio. No se puede, pues, reprochar que Pedro J. Ramírez se haya decantado por ser un spammer confeso, aunque sí cabe preguntarse si logra entender el verdadero potencial de una herramienta que usa con tanta ligereza. Él, desde luego, cree que sí (“Twitter me ayuda a ser mejor director de periódico”, afirmó). Veremos si su aprecio por la tecnología es recompensado. Por el momento, después de un año de andadura, el kiosko digital del grupo le reporta cerca de 15.000 descargas, frente a un promedio de 285.000 periódicos impresos vendidos, según datos de OJD.
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