El colapso informático del centro de control de tráfico de una ciudad causa más caos que cualquier ataque terrorista tradicional. La importancia que Internet ha alcanzado en la vida cotidiana ha convertido el ciberespacio en una materia de seguridad nacional. Los ejércitos de todo el mundo están incorporando personal especializado con el fin de proteger objetivos militares, industriales y de inteligencia y seguridad, contra los piratas informáticos.
Los avances realizados en este aspecto son importantes, pero aún queda mucho por hacer. Incluso la primera potencia mundial es consciente de su vulnerabilidad de este flanco. El general Robert Kehler ha reconocido recientemente que EE.UU. sigue teniendo asignaturas pendientes en el ciberespacio. No en vano, las autoridades de este país sospechan haber sido víctimas en los últimos tres años de ataques de hackers desde China y Rusia.
Hace décadas que el Pentágono puso en el punto de mira los sistemas electrónicos de administración de los sectores estratégicos, entre ellos los de seguridad. En julio de 2011, las autoridades norteamericanas reconocieron explícitamente que la Red es zona de guerra, susceptible de maniobras de defensa ante agresiones externas, pero también campo de batalla para ataques preventivos y represalias.
Precisamente, el protagonismo que Internet está cobrando en asuntos de seguridad nacional es lo que lleva a muchas voces a pedir una regulación específica de lo que está permitido en este ámbito. El general Kehler, responsable de la política militar norteamericana en el ciberespacio, ha reconocido que en este aspecto está todo por hacer. Según esta fuente, no existe a día de hoy una postura oficial respecto a la guerra en entornos digitales ni un protocolo de actuación en caso de ataque hacker.
Hasta el momento, las noticias relacionadas con la seguridad informática han pasado de puntillas sobre la posibilidad de atacar electrónicamente una posible amenaza. El plan estratégico para operar en el ciberespacio, que el Departamento de Defensa aireó en verano, adoptaba un perfil bajo, centrado en las labores defensivas para evitar actos de sabotaje en las redes nacionales. Sin embargo, expertos como Jun Isomura (Universidad de Hudson) afirma que las medidas defensivas no son muy eficientes y que es necesario aplicar acciones ofensivas.